Duración: De agosto de 2017 a febrero de 2021
Presupuesto: 2 millones de euros
Donante: Asuntos Mundiales de Canadá
El proyecto
El proyecto Trace está dedicado a reforzar las capacidades y competencias para la lucha antiterrorista de diez países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN): Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
En un principio se previó que tuviera una duración de tres años (2017-2020), pero ha sido prorrogado hasta febrero de 2021.
Está dirigido a los funcionarios de los servicios nacionales encargados de la lucha antiterrorista, a los agentes de las unidades de ciberdelincuencia especializados en inteligencia e investigación, y a los demás organismos nacionales encargados de la investigación del uso de Internet para fines terroristas y de la lucha contra esta actividad delictiva.
Gracias al proyecto Trace, los participantes han adquirido las competencias necesarias para recopilar y aprovechar la información extraída en plataformas en línea, incluidos los medios sociales, y han aprendido a usar las herramientas y métodos útiles para poder realizar esta tarea y usar los datos recabados en las investigaciones antiterroristas.
Actividades
Las actividades de formación se han organizado en tres ciclos, cada uno ellos centrado en un grupo de participantes distinto.
Cada ciclo está compuesto por las siguientes actividades:
- curso básico sobre actuación contra el uso de Internet con fines terroristas, de una semana de duración;
- curso avanzado sobre actuación contra el uso de Internet con fines terroristas, de una semana de duración;
- donación de programas informáticos y enseñanza del manejo de programas informáticos especializados;
- una sesión de formación de formadores;
- ejercicios de simulación para que los participantes adquieran experiencia práctica.
Las actividades tienen cinco objetivos:
- entender cómo se puede utilizar la inteligencia procedente de fuentes abiertas (OSINT) y de medios sociales en la investigación de casos;
- entender cómo usar las capacidades policiales de INTERPOL, incluidos los distintos tipos de bases de datos y notificaciones;
- conocer las técnicas adecuadas para recopilar pruebas digitales de forma segura;
- utilizar las técnicas de creación de gráficos como apoyo a la labor de análisis;
- entender cómo solicitar información a terceros (INTERPOL, otros organismos encargados de la aplicación de la ley, proveedores de servicios de Internet, empresas de telecomunicaciones, etc.).
Formación en línea
A pesar de la pandemia mundial de coronavirus, toda la región ha seguido recibiendo formación en el marco del proyecto Trace por medio de dos pequeños cursos en línea privados.
El primero de ellos, E-Evidence Bootcamp (curso intensivo sobre pruebas digitales), se llevó cabo durante ocho semanas, de junio a agosto de 2020. En él, los participantes se familiarizaron con los conceptos asociados a las pruebas electrónicas y aprendieron a determinar mejor la autenticidad, fiabilidad e integridad de las pruebas digitales.
En total, 49 funcionarios de policía realizaron la tercera edición de este curso, lanzado por primera vez en 2019 con la colaboración del Laboratorio de Investigación Forense Digital (DigitalFIRE) de la Universidad de Dublín.
El segundo curso en línea, Fundamentals of Open Source Investigations (introducción a la investigación de fuentes abiertas), fue creado hace poco por el equipo del proyecto Trace con el objetivo de reforzar las competencias y habilidades de los agentes de policía, para que puedan investigar los casos de un modo seguro y eficiente. El curso se impartió durante seis semanas, de octubre a diciembre de 2020, y en él participaron 107 personas.
Ambos cursos se impartieron desde la Academia Virtual de INTERPOL, una plataforma de aprendizaje en línea en la que se pueden encontrar clases grabadas, materiales para el estudio autoguiado, webinarios en directo y ejercicios prácticos.
Supervisión del proyecto
Un comité rector, integrado por los representantes de cada país beneficiario (uno por país), se encarga de supervisar la ejecución del proyecto. Su función consiste en asesorar sobre las distintas actividades del proyecto y respaldarlas para maximizar la participación y garantizar unos resultados sostenibles.