Afecta a todas las regiones del mundo y a todos los niveles de la sociedad, aunque el efecto es mayor en países en desarrollo.
Dada la necesidad urgente de ofrecer una respuesta internacional coordinada, hemos creado el Centro de INTERPOL contra la Delincuencia Financiera y la Corrupción.
Los efectos de la corrupción tienen un gran alcance: pueden socavar la estabilidad política, social y económica, y en última instancia, amenazar la seguridad de la sociedad en su conjunto.
La corrupción abona el terreno para que se lleven a cabo actividades en relación con la delincuencia organizada e incluso con el terrorismo, ya que los delincuentes se ven favorecidos por la complicidad de funcionarios públicos corruptos.
La mundialización de la economía ha hecho de la corrupción un delito sin fronteras. El mundo competitivo de los negocios internacionales puede hacer que las empresas estén más expuestas a sobornos y prácticas financieras fraudulentas.
Las transacciones corruptas pueden traspasar múltiples jurisdicciones, haciendo que la consiguiente investigación policial sea prolongada y compleja.
El Centro de INTERPOL contra la Delincuencia Financiera y la Corrupción ampliará y mejorará las iniciativas existentes para hacer frente a los delitos financieros, los flujos de dinero ilícito y la recuperación de activos. Trabajará en estrecha colaboración con las principales partes interesadas para reforzar los esfuerzos colectivos contra la delincuencia financiera y la corrupción.
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