Existe una clara conexión entre el comercio ilícito y otros tipos de delincuencia, como trata de personas, tráfico de drogas, corrupción, soborno y blanqueo de capitales. El comercio ilícito daña a la economía mundial y a la salud pública en todo el mundo. Todas las regiones del mundo y todos los sectores industriales se encuentran afectados.
Riesgos para los consumidores
Los productos ilícitos no solamente afectan negativamente a las empresas legítimas y a los ingresos de los gobiernos, sino que, al no cumplir los requisitos mínimos de calidad, causan problemas de salud y lesiones, e incluso la muerte.
Los coches y los recambios falsificados pueden ser causa de accidentes. Se sabe que los materiales de construcción falsificados se utilizan en la construcción de centrales eléctricas, con consecuencias potencialmente desastrosas.
Las bebidas y los productos alimentarios ilícitos pueden contener ingredientes tóxicos, al igual que los cosméticos y otros productos de cuidado personal. Los aparatos eléctricos pueden causar fuegos o explosiones.
En cuanto a los medicamentos falsificados, a menudo contienen la cantidad errónea de ingrediente activo (demasiado, demasiado poco, o nada).
Pacientes de todo el mundo ven peligrar su salud al tomar fármacos falsificados o fármacos genuinos que han sido almacenados inadecuadamente o que han caducado. Las víctimas no son conscientes por lo general de cómo o por qué les ha afectado.
Prácticas ilícitas
El tráfico de productos ilegales abarca diferentes prácticas, entre ellas:
- alteración
- piratería
- falsificación
- adulteración de productos
- contrabando de productos genuinos
- evasión fiscal
Altos beneficios, bajo riesgo
Los grupos de delincuencia organizada pueden obtener enormes beneficios mediante el comercio ilícito con un riesgo mínimo.
Las sanciones y sentencias por delitos de comercio ilícito son menores que para otros tipos de tráfico como, por ejemplo, el tráfico de drogas.
En general, es un ámbito de la delincuencia para el que no se dispone de los recursos necesarios. Muchos países no cuentan con suficientes investigadores, fiscales y jueces especializados.
En cambio, los grupos de delincuencia organizada son muy sofisticados y capaces de aprovechar capacidades logísticas, conexiones y recursos muy avanzados.
Se adaptan rápidamente a los cambios del mercado y explotan sistemas existentes de negocios, transporte, financieros o en línea para obtener beneficios ilícitamente.
Abuso de la tecnología y comercio legítimo
La tecnología está cambiando la naturaleza de todos los delitos, incluido el tráfico ilícito. Internet, si bien aporta beneficios a las sociedades en todo el mundo, también se explota con fines delictivos.
Los sitios web, los medios sociales, los dispositivos móviles, los mercados en Internet, la red oscura y las criptodivisas permiten a los grupos de delincuencia organizada operar a una escala cada vez mayor. Estos métodos de rápida evolución plantean desafíos continuos a la comunidad encargada de la aplicación de la ley.
En un nivel no virtual, las zonas francas son áreas cada vez más populares para el comercio ilícito. Los delincuentes sacan partido de las laxas normativas aduaneras y tributarias ideadas como incentivos para la inversión extranjera.
Un flujo geográfico complejo
El comercio ilícito es un fenómeno mundial, pues sus actividades subyacentes implican a múltiples países.
El cerebro de una operación de comercio ilícito puede estar en el país A, mientras que las mercancías pueden fabricarse ilegalmente en el país B, distribuirse a través del país C y entregarse en el país D. Podrían venderse a través de Internet utilizando un servidor ubicado en el país E, y los beneficios ilícitos podrían volver a introducirse en el sistema financiero mundial mediante procesos ilícitos como el blanqueo de capitales en el país F.
Por ello, es esencial la cooperación entre los funcionarios encargados de la aplicación de la ley de diferentes países, y aquí es donde INTERPOL desempeña un papel crucial.