Todos los artículos diarios más comunes pueden ser falsificados.
Es probable que los productos falsificados sean también defectuosos o no cumplan las normas mínimas de calidad y, por lo tanto, sean peligrosos.
¿Cuál es el problema?
- Los medicamentos falsificados podrían ser totalmente ineficaces o muy peligrosos.
- Los alimentos, bebidas y alcoholes falsificados podrían dañar la salud.
- Los aparatos eléctricos falsificados podrían plantear un riesgo de incendio o causar electrocución.
- Los sitios web piratas podrían llevar a un despilfarro de dinero y exponer al usuario a riesgos de ciberseguridad.

¿Qué puede hacer usted?
A menudo es difícil distinguir un producto falsificado de uno auténtico, pero con unas sencillas pautas podrá asegurarse de estar comprando el artículo genuino.
- ¿El precio parece demasiado bueno para ser cierto? ¡Por algo será! Una etiqueta con un precio excesivamente bajo debería activar la señal de alarma.
- Examine con atención el logotipo y el embalaje.
- Examine el producto por si advierte indicios de mala fabricación.
- Compruebe la integridad de los precintos.
- Pregunte al vendedor de dónde viene el producto.
- ¿Hay garantía? Sospeche de los aparatos eléctricos que no la incluyan.
- Compre sus artículos en comercios autorizados.
- Si compra por Internet, verifique los datos de domiciliación de la empresa. Si no se incluyen detalles de contacto, ¡no se fíe!
- Verifique los criterios de devolución y reembolso.
Si ve un producto falso, denúncielo
Si ha comprado algún artículo que resulta estar falsificado, o si sabe dónde se están vendiendo productos falsificados, denúncielo al servicio de policía local.
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