LYON (Francia) - Del 4 al 30 de junio, INTERPOL y la Organización Mundial de Aduanas (OMA) han coordinado la operación Thunderball, en cuyo marco las autoridades policiales y aduaneras han colaborado para combatir los delitos contra el tráfico ilegal de especies silvestres y madera en 109 países.
La operación, basada en información policial, ha permitido identificar de manera anticipada las rutas utilizadas para el tráfico ilegal y las zonas de concentración de actividad delictiva, lo que ha llevado a los agentes de aduanas, policía y medio ambiente a incautarse de productos procedentes de especies de fauna y flora silvestres protegidas, desde grandes felinos y primates vivos hasta madera, especies de fauna marina y productos derivados, tales como ropa, productos de belleza, alimentos, medicinas tradicionales y artesanía.
Un equipo formado por funcionarios de aduanas y de policía ha organizado las actuaciones a escala mundial desde el centro para la coordinación de operaciones, situado en el Complejo Mundial de INTERPOL para la Innovación en Singapur.
Consecuencias medioambientales de alcance mundial
Los primeros resultados han conducido a la identificación de casi 600 sospechosos, lo que ha provocado una oleada de detenciones por todo el planeta. Está previsto que el número de detenciones y de casos llevados ante los tribunales aumente conforme vayan avanzando las investigaciones en curso a escala mundial.
Entre las incautaciones efectuadas hasta la fecha figuran las siguientes:
- 23 primates vivos;
- 30 grandes felinos y gran cantidad de partes de animales;
- 440 colmillos de elefante y además de 545 kg de marfil;
- 5 cuernos de rinoceronte;
- Más de 4 300 aves;
- Casi 1 500 reptiles y cerca de 10 000 tortugas y galápagos, todos ellos vivos;
- Casi 7 700 partes de especies silvestres de todo tipo, incluidos más de 30 kg de carne de caza;
- 2 550 m3 de madera (equivalente a la carga de 74 camiones);
- Más de 2 600 plantas;
- Cerca de10 000 especies silvestres marinas, como corales, caballitos de mar, delfines y tiburones.
En Nigeria se han incautado 500 kg de partes de pangolín destinados a Asia, mientras que en Uruguay tres personas han sido detenidas cuando se disponían a transportar ilegalmente más de 400 especies silvestres protegidas.
La operación pone de manifiesto la tendencia constante del comercio en línea de especies silvestres. De hecho, dos investigaciones en línea han culminado con la detención de 21 personas en España y la incautación de 1 850 aves en Italia.
“Los delitos contra la flora y la fauna silvestres no solo esquilman nuestros recursos naturales, sino que, además, producen efectos a través de fenómenos conexos como la violencia, el blanqueo de capitales y la estafa”, ha declarado el Secretario General de INTERPOL, Jürgen Stock.
“Operaciones como Thunderball son acciones concretas dirigidas contra las redes delictivas transnacionales que se aprovechan de este tipo de actividades ilegales. Vamos a proseguir el trabajo con nuestros socios para asegurarnos de que los delincuentes que esquilman el medio ambiente pagan por ello”, ha añadido el jefe de INTERPOL.
Cooperación entre los servicios policiales y aduaneros: una táctica sostenible para combatir la delincuencia organizada contra la flora y la fauna silvestres
“Los resultados de la operación Thunderball muestran claramente que no se debe subestimar jamás la importancia de una estrecha cooperación a escala internacional y nacional para combatir los delitos contra la flora y la fauna silvestres”, ha declarado el Secretario General de la OMA, Kunio Mikuriya.
INTERPOL y la OMA comparten una larga historia de cooperación y habitualmente cada organización apoya las operaciones sobre el terreno llevadas a cabo por la otra. La operación Thunderball marca un nuevo rumbo en su colaboración, reuniéndolos en primera línea como socios operativos conjuntos, para asegurarse de que el tráfico de especies silvestres se combate de manera global: desde la detección hasta la detención, la investigación y el enjuiciamiento.
“Habrá más iniciativas como esta, a fin de concienciar a la comunidad internacional encargada de la aplicación de la ley de la gravedad que revisten los delitos contra la flora y la fauna silvestres a escala global, y de mejorar la coordinación de la labor de los distintos organismos implicados, lo que incluye la participación de grupos de la sociedad civil en la detección y desarticulación de las redes delictivas que trafican con flora y fauna silvestres”, ha añadido Kunio Mikuriya.
La ligera disminución de las incautaciones de determinadas especies es una señal de que el duro trabajo de las fuerzas del orden está dando sus frutos y de que los niveles de observancia de la ley están mejorando.
“Por el bien de las generaciones venideras y del mundo en el que vivimos, es vital impedir que los delincuentes pongan en peligro los medios de subsistencia, la seguridad, las economías y la sostenibilidad de nuestro planeta mediante la explotación ilegal de la flora y la fauna silvestres”, ha afirmado Ivonne Higuero, Secretaria General de la CITES.
CITES es la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, cuya función es garantizar que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituye una amenaza para su supervivencia.
“El mensaje de la operación Thunderball es claro: vamos a seguir trabajando estrechamente con nuestros colaboradores del Consorcio Internacional para Combatir los Delitos contra la Vida Silvestre en apoyo de los esfuerzos dedicados a la aplicación de la CITES y a la lucha contra este tipo de delitos., desplegando nuestras fuerzas y conocimientos comunes para asegurarnos de que no queda piedra sin remover, y de que todo el peso de la ley cae sobre los autores de estos delitos”, añade Ivonne Higuero.
En el marco de la operación Thunderball, los funcionarios de aduanas y de policía han colaborado estrechamente para identificar e interceptar envíos con especímenes de flora y otras especies protegidas y reguladas por la CITES. Para ello, han contado con el apoyo de las autoridades medioambientales, los servicios de protección de la vida silvestre y agencias forestales, los organismos fronterizos y las autoridades encargadas de la gestión de la CITES.
La operación Thunderball ha estado coordinada conjuntamente por el Programa de Seguridad Medioambiental de INTERPOL y el Programa de la OMA para el Medio Ambiente. Asimismo, es la tercera de la serie de operaciones “Thunder”, tras las ediciones de 2017 y 2018.
Esta operación ha sido financiada por la Dirección General de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Comisión Europea, y llevada a cabo por el Consorcio Internacional para Combatir los Delitos contra la Vida Silvestre; la Oficina de Asuntos Internacionales en materia de estupefacientes y aplicación de la ley del Departamento de Estado estadounidense; la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional; y el Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales.