El Programa de INTERPOL y la UNODC es uno de los medios para atender el compromiso de la COP26 de acabar con la deforestación para 2030

7 de diciembre de 2021
Solo en 2019 se llevaron a cabo casi 20 000 incautaciones gracias a las operaciones policiales dirigidas por INTERPOL a escala mundial y regional contra la tala ilegal y los delitos contra la fauna y la flora

Las fuerzas del orden pueden ayudar a detener la deforestación tropical realizando una labor específicamente diseñada para frenar este proceso. Los últimos resultados obtenidos por una coalición internacional formada para combatir la deforestación ilegal demuestran que, con una dedicación suficiente, esta labor puede ser clave para que los países asuman paulatinamente el compromiso de la COP26 de acabar con este fenómeno para 2030.

La coalición internacional dirigida por INTERPOL y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), junto con las autoridades nacionales de Papúa Nueva Guinea, ha servido para reducir considerablemente la deforestación en términos generales en 2020, en comparación con las cifras de 2014 a 2018; esto significa que, solo en este país, en 2020 se han podido salvar miles de hectáreas de selva tropical. Este resultado se ha producido tan solo tres años después del lanzamiento del programa de asistencia de las fuerzas del orden en materia de deforestación (LEAP, por sus siglas en inglés), financiado por Noruega.

El programa LEAP, cuyo principal eje de actividad son las operaciones basadas en información policial, está en marcha en diez países del Sudeste Asiático y Latinoamérica, a los que presta asistencia proporcionándoles información policial, creando equipos especiales nacionales y dándoles apoyo operativo, así como ofreciéndoles asesoramiento y actividades de capacitación para que puedan combatir los delitos forestales y la deforestación tropical ilegal. Por otro lado, con la mejora de los procesos de intercambio de información policial, les ayuda a descubrir las rutas y los puntos de mayor actividad de tráfico, a reconocer los modus operandi y las tendencias delictivas concretas, y les facilita las investigaciones transnacionales. Este programa promueve asimismo la cooperación interinstitucional a escala nacional y regional, también con el sector privado.

“Al igual que sucede con otros delitos contra el medio ambiente, la deforestación ilegal está vinculada a otras actividades delictivas, como la corrupción o el blanqueo de capitales. Gracias al programa LEAP estamos promoviendo una mayor cooperación entre las fuerzas del orden de todo el mundo para desarticular las redes delictivas responsables de estos delitos y contribuir a la consecución del compromiso de la COP26 dando nuestro apoyo”, declaró Jürgen Stock, Secretario General de INTERPOL, que, con sus 195 países miembros, es la mayor organización policial del mundo.

Solo en 2019, las operaciones policiales dirigidas por INTERPOL a escala mundial y regional para atajar la tala ilegal y los delitos contra las especies silvestres, entre las que también se incluyen las facilitadas por el programa LEAP, sirvieron para llevar a cabo cerca de 20 000 incautaciones (2 550 m3 de madera), 600 detenciones, y resolver 420 incidentes, 178 de los cuales se habían producido en los países destinatarios de este programa (Brasil, Camboya, Colombia, Ecuador, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Perú, República Democrática de Laos, Tailandia y Vietnam).

“El programa LEAP apoya la respuesta coordinada de los mecanismos de justicia penal necesaria para cumplir el compromiso adoptado en la COP26, la cumbre del clima, de acabar con la deforestación para 2030”, afirmó Ghada Waly, Directora Ejecutiva de la UNODC.

Gracias al curso sobre identificación de maderas y falsedad documental, impartido a los organismos encargados de la aplicación de la ley pertinentes en el marco del programa LEAP, en Latinoamérica y el Sudeste Asiático han tenido lugar importantes incautaciones de madera, incluidas ciertas variedades protegidas por el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Las investigaciones de delitos financieros forman igualmente parte del programa LEAP, junto con las operaciones sobre el terreno. En uno de los países colaboradores, las unidades de información financiera —que recibieron asesoramiento en el marco de este programa— destaparon unos casos de evasión fiscal y estafas vinculados con el sector forestal por un valor de hasta 2 000 millones de dólares estadounidenses y, como consecuencia, los autores fueron condenados al pago de una sanción fiscal, mientras que las entidades bancarias sospechosas de participar en delitos financieros vinculados con el sector forestal recibieron una amonestación oficial.

“La tala ilegal y otros delitos contra el medio ambiente están destruyendo los hábitats naturales, acabando con la fauna y la flora y contaminando los ecosistemas. Rastreando el dinero negro, las fuerzas del orden pueden detener a las bandas delictivas que obtienen miles de millones esquilmando los recursos naturales de nuestro planeta. Desde el Grupo de Acción Financiera Internacional hacemos un llamamiento a los países para que nos ayuden a retirar los flujos financieros de los delitos contra el medio ambiente, y este año hemos publicado un informe para ayudar a las fuerzas del orden a detectar estos casos”, sostuvo Marcus Pleyer, Presidente del Grupo de Acción Financiera Internacional, el organismo mundial dedicado a la vigilancia y al establecimiento de normas en el ámbito del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.