Singapur – La reunión anual de Jefes de Oficinas Centrales Nacionales (OCN) de INTERPOL celebrada esta semana abordó los múltiples retos que plantea un panorama delictivo complejo y cada vez más peligroso.
En un contexto en que las redes delictivas sacan provecho de los avances de la tecnología emergente, la conferencia sirvió de plataforma para promover una mayor cooperación en el diseño de estrategias efectivas para combatir estas amenazas a escala regional y mundial.
Curiosamente, es la primera vez que la conferencia, de tres días de duración (7 al 9 de junio), se celebra en Singapur, sede del Complejo Mundial de INTERPOL para la Innovación, lo que resultó especialmente oportuno.
Cerca de 270 delegados de 133 países participaron en paneles de discusión y mesas redondas para identificar buenas prácticas en la lucha contra la ciberdelincuencia, la delincuencia organizada, el terrorismo y otras tendencias delictivas emergentes.
El Presidente de INTERPOL, Ahmed Naser Al-Raisi, se dirigió a los delegados con estas palabras: “Esta conferencia es un evento clave en el calendario de INTERPOL. Las OCN son esenciales para la labor de INTERPOL. Son la base de nuestra organización, y las que nos permiten luchar contra la delincuencia a través de las fronteras.
La comunidad de las fuerzas del orden se enfrenta a importantes retos, que conseguirá superar gracias al apoyo de una sólida red internacional y de herramientas tecnológicas. Construiremos un mundo aún más seguro”.
Logros operativos
El Secretario General, Jürgen Stock, hizo referencia a los logros operativos alcanzados gracias a la Iniciativa de INTERPOL para la Cooperación contra la ‘Ndrangheta (proyecto I-CAN), que se ha convertido en un modelo para luchar contra otros grupos delictivos y actividades conexas, como el tráfico de drogas.
“La lucha contra el comercio de drogas a escala mundial reviste una urgencia inaplazable, tanto por lo que se refiere a la amenaza directa del tráfico de sustancias ilícitas, como a la violencia que trae consigo y que repercute en las comunidades y economías”, afirmó Jürgen Stock.
“Las conversaciones que he mantenido con nuestros países miembros ponen de relieve que las soluciones deben basarse en la situación específica de cada país, en función de si se trata de un país de origen, tránsito o destino, así como en los delitos secundarios que genera el tráfico de drogas, como la proliferación de armas de fuego ilícitas en las calles”, añadió Jürgen Stock.
La operación Trigger IX de INTERPOL, celebrada recientemente, puso de relieve los estrechos vínculos entre las distintas formas de delincuencia.
La operación, de tres semanas de duración, estuvo dirigida contra los grupos de delincuencia organizada en América Latina y las rutas del tráfico de armas de fuego y permitió incautar 8 263 armas de fuego ilícitas y drogas por valor de 5 700 millones de dólares estadounidenses.
La operación, que registró un nivel sin precedentes de colaboración entre 15 países, también permitió identificar otros delitos, como corrupción, estafas, trata de personas, delitos contra el medio ambiente y actividades terroristas.
A punto de celebrarse el centenario de INTERPOL, esta conferencia de Jefes de OCN permitió obtener diversas perspectivas y conocimientos nacionales para diseñar una respuesta colectiva a las complejas amenazas de la delincuencia mundial de hoy en día y de los próximos 100 años.
