LYON (Francia) - Una operación de INTERPOL contra la trata de personas y el tráfico de migrantes llevada a cabo en toda Latinoamérica y el Caribe se ha saldado con el rescate de víctimas, el descubrimiento de migrantes y la detención de presuntos delincuentes en 32 países.
En esta operación, la cuarta de la serie "Turquesa" de INTERPOL, que duró cinco días (del 28 de noviembre al 2 de diciembre), investigadores latinoamericanos utilizaron las capacidades de INTERPOL para trabajar con las fuerzas policiales de todos los continentes a fin de descubrir pistas y desarticular los grupos delictivos mundiales que mueven la trata de personas y el tráfico de migrantes.
Los policías de primera línea llevaron a cabo controles en puntos críticos de actividad de trata y tráfico de personas detectados antes de la operación, consistentes principalmente en puntos de tránsito como aeropuertos, terminales de autobuses y pasos fronterizos.
Aunque todavía no se han recogido todos los resultados de la operación, según la información disponible en estos momentos se ha procedido a la detención de 268 sospechosos de tráfico de migrantes, trata de personas y otros delitos conexos como la falsificación de documentos y la explotación sexual.
Se descubrió a 9 015 migrantes irregulares y se rescató a 128 mujeres y 2 hombres víctimas de trata de personas. La mayoría de las víctimas de la trata procedían de Colombia y Venezuela.
Una encrucijada mundial de la trata
En Centroamérica se interceptó en numerosos casos a hombres, mujeres y niños que habían emigrado de todas las partes del mundo y tenían rumbo a Norteamérica; por ejemplo, en México se descubrió a 2 400 migrantes procedentes de América (Venezuela y Cuba), África (Angola, Burkina Faso, Guinea y Etiopía) y Asia (Bangladesh y Nepal).
También en Nicaragua la policía comprobó este vínculo mundial al detectar a más de 2 000 migrantes que venían de Asia (Afganistán, China, India, Kirguistán y Nepal), África (Angola, Burkina Faso, Camerún, Ghana, Nigeria y Togo) y América (Haití y Ecuador) con la intención de llegar a Estados Unidos y Canadá.
Las autoridades hondureñas detuvieron a una mujer de 30 años por explotación sexual organizada de tres menores, y la policía guatemalteca detuvo a una mujer de edad similar acusada de trata de personas y tráfico de migrantes.
Las autoridades de El Salvador detuvieron a varias mujeres sospechosas de traficar con sus propios hijos, entre ellos una niña discapacitada, destinados a la explotación sexual.
La policía chilena descubrió en sus controles situados en las fronteras con Bolivia y Perú a 300 migrantes procedentes de Venezuela y Bolivia, entre ellos menores de edad, y las autoridades brasileñas detuvieron a cuatro sospechosos que intentaban transportar clandestinamente a 21 migrantes procedentes de Cuba y Sudáfrica entre la Guayana Francesa y Brasil.
También se ilustró el vínculo cada vez mayor entre Latinoamérica y Europa en la trata de personas con la detención en Bolivia de una persona que era objeto de una notificación roja, buscada por España por abusos sexuales, y con la detención en Paraguay de una mujer que era objeto de una notificación roja por trata de personas y explotación sexual, cuando intentaba llevar a su sobrina a España para su explotación sexual.
"La trata de personas y el tráfico de migrantes son empresas delictivas que mueven miles de millones de euros; enriquecen a los grupos de delincuencia organizada más peligrosos del mundo y violan de paso los derechos fundamentales de las víctimas", declaró el Secretario General de INTERPOL, Jürgen Stock.
"Las historias de explotación en las rutas mundiales de los migrantes que descubrimos en operaciones como esta son desgarradoras. Las fuerzas del orden tienen el deber de proteger a las víctimas y poner a los autores en manos de la justicia", añadió el Secretario General.
Un efecto sostenible a largo plazo
Antes de la fase operativa de Turquesa IV se impartieron unos talleres para poner en conocimiento de los participantes técnicas modernas de investigación y de entrevista de víctimas, reforzar la capacidad de la región para investigar casos de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, y facilitar la cooperación a escala regional e internacional.
Durante toda la operación, que duró una semana, la Oficina Central Nacional de INTERPOL en Chile prestó a los países participantes un apoyo operativo y para la investigación de los casos albergando en sus locales una unidad de coordinación especialmente creada para la ocasión, integrada por funcionarios locales y de INTERPOL especializados en delincuencia financiera, trata de personas y tráfico de migrantes.
En esta operación, que contó con la participación de IMPACS-CARICOM, la UNODC, la OIM y Europol, se aplicó un enfoque intersectorial y coordinado que posibilitó crear una fuerza colectiva e intercambiar buenas prácticas para obtener los máximos resultados sobre el terreno, y se atendió al mismo tiempo a que las víctimas recibieran la atención y la protección adecuadas a lo largo del procedimiento judicial.
La operación Turquesa IV ha sido financiada por el Ministerio de Asuntos Mundiales de Canadá y es la segunda de este tipo que se coordina con el apoyo del proyecto de INTERPOL "PROTEGER", cuyo objetivo es reforzar la capacidad de los organismos encargados de la aplicación de la ley en Latinoamérica y el Caribe para poner freno al tráfico de migrantes, prestando especial atención a las consideraciones de género.