Operación encubierta contra el tráfico de personas: la cooperación entre Kenia y los Países Bajos lleva a la encarcelación de un conocido prófugo

29 de diciembre de 2021
La notificación roja de INTERPOL fue clave para la localización y detención del prófugo

NAIROBI (Kenia) - La Policía keniana ha detenido a un hombre buscado por INTERPOL por un presunto delito de tráfico de decenas de hombres, mujeres y niños con destino a Europa.

Buscado por los Países Bajos desde 2017, John Habeta, de 53 años, fue detenido en el aeropuerto internacional de Schiphol, en Ámsterdam, el 25 de diciembre, tras haber sido apresado en Kenia.  

La policía keniana apresó a John Habeta en Nairobi el 16 de diciembre a raíz de una operación encubierta coordinada entre las autoridades de los Países Bajos y de Kenia, y apoyada por INTERPOL desde la sede de su Secretaría General.

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Siguiendo las pistas obtenidas gracias a información policial conseguida por INTERPOL en todo el mundo, el 10 de diciembre la Oficina Central Nacional (OCN) de INTERPOL en La Haya había alertado a la OCN de Kenia de la presencia del prófugo en Nairobi.

Ese mismo día se publicó una notificación roja de INTERPOL -una alerta internacional para la búsqueda de prófugos- por tráfico de personas y uso de documentos de identidad falsos para llevar a cabo operaciones transcontinentales de tráfico de migrantes, lo que dio lugar a la vigilancia del sospechoso y a su detención en las afueras de la capital keniana.

El ciudadano neerlandés permanece detenido en los Países Bajos hasta que se celebre el juicio, en el que, si es declarado culpable, se enfrenta a una pena de hasta ocho años de prisión.

Las complejas redes delictivas que facilitan el paso ilegal a los migrantes por las fronteras lo hacen a cambio de un precio elevado.

A través de su red mundial de comunicación policial protegida, denominada I-24/7, INTERPOL coordinó la labor internacional para desbaratar la red, posibilitando que los países compartieran información y análisis policiales sobre esta persona y sobre el modo en que organizaba las operaciones transcontinentales de tráfico de personas.

Al parecer, Habeta había participado en al menos cuatro operaciones diferentes para introducir a grupos de ciudadanos eritreos en Europa por rutas que partían de Asia.

La unidad de INTERPOL especializada en trata de personas y tráfico de migrantes había considerado a Habeta objetivo prioritario en octubre de 2020, cuando los países miembros dieron a INTERPOL nuevas pistas acerca de las actividades de tráfico mundial de este prófugo, que fueron comunicadas inmediatamente a la OCN de La Haya.

La publicación acto seguido de la notificación roja de INTERPOL desempeñó un papel fundamental para localizar y detener al prófugo.

Las organizaciones dedicadas al tráfico de personas se gestionan como si fueran empresas que ofrecen elevados márgenes de beneficio y que están vinculadas a una amplia gama de delitos graves y a menudo violentos, como el movimiento ilícito de capitales, la corrupción, el terrorismo, el tráfico de productos ilegales y la trata de personas.  

Estas organizaciones se concentran en los márgenes de beneficio, y facilitan el paso de los migrantes prestando poca o ninguna consideración a su seguridad y bienestar.

Cooperación policial internacional

Ya se había asestado un duro golpe a los grupos delictivos implicados en la trata de personas y el tráfico de migrantes el pasado mes de julio, cuando la operación Liberterra de INTERPOL dio lugar a la detención de 286 sospechosos en todo el mundo.

En abril la operación Weka movilizó a 24 países de origen, tránsito y destino de migrantes, lo que permitió a las autoridades de África y Europa rescatar a casi 500 víctimas de la trata de personas e identificar a unos 760 migrantes clandestinos.

Ambas operaciones supusieron un gran impulso para la cooperación policial regional contra el tráfico de personas, y llevaron a la apertura en los cinco continentes de investigaciones policiales sobre personas buscadas, como ha sido el caso de Habeta.

Esta última investigación contó con la ayuda del Centro operativo regional de apoyo al proceso de Jartum y a la Iniciativa Cuerno de África de la Unión Africana, y de Europol.