INTERPOL advierte del efecto de la pandemia en la presencia de fármacos ilegales en África Oriental

11 de diciembre de 2020
Asimismo, este negocio está agudizando las repercusiones de la COVID-19 en los sistemas sanitarios de África Oriental.

Lyon (Francia) – INTERPOL ha señalado en un informe que la pandemia de COVID-19 ha aumentado el atractivo de los mercados de fármacos ilegales de África Oriental para los grupos delictivos organizados.

Elaborado en el marco del proyecto ENACT (dedicado al refuerzo de las capacidades del continente africano para responder con mayor eficacia a la delincuencia organizada transnacional), este informe subraya el modo en el que las redes delictivas se aprovechan de las nuevas vulnerabilidades provocadas por la pandemia como consecuencia del miedo, la desinformación y el cambio en la conducta de la sociedad.

En él se afirma que “las trabas a la autonomía de las autoridades reguladoras, añadidas a la aceptación generalizada en África Oriental de información errónea sobre la COVID-19, son un caldo de cultivo ideal para los grupos de delincuencia organizada”.

Según este informe, el mercado de fármacos ilegales en África Oriental tiene dos características principales: el aumento de la importación de fármacos falsificados y de calidad subestándar y la compra ilegal de fármacos auténticos vendidos por conductos ilícitos, como el mercado negro.

Fármacos falsificados y de calidad subestándar en África Oriental

Según la Organización Mundial de la Salud, el mercado mundial de fármacos falsificados genera en torno a 200 000 millones de dólares estadounidenses al año. La mayoría de las falsificaciones proceden de Asia.

Este negocio ilegal existe desde hace tiempo en África Oriental. Sin embargo, el informe apunta a que, desde el comienzo de la pandemia, los grupos de delincuencia organizada no solo han adaptado sus modos de importación o venta —han pasado de usar barcos de carga rodada a portacontenedores, o a la compra y entrega por Internet—, sino también el tipo de fármacos ilegales preparados y vendidos —ahora trafican con cloroquina o con medicamentos con codeína para tratar la tos —.

Además, el informe señala que el negocio de los fármacos ilegales en África Oriental ha provocado una mayor adicción a potentes medicamentos contra el dolor, así como un mayor número de sobredosis y fallecimientos por consumo de fármacos falsificados.

Delitos vinculados a los fármacos distribuidos en el mercado negro

La demanda de medicamentos ha intensificado la violencia y la corrupción aparejadas a los intentos de los delincuentes por imponerse en centros sanitarios y ante profesionales de este sector para obtener fármacos controlados.

Asimismo, este negocio está agudizando las repercusiones de la COVID-19 en los sistemas sanitarios de África Oriental.

“La venta de fármacos en el mercado negro originalmente destinados a los hospitales se suma a la lista de dificultades que encuentran los sistemas sanitarios para enfrentarse a la segunda o tercera ola de COVID-19 que puedan presentarse”, señala el informe.

Concluye, además, que para los países de África Oriental sigue representando un reto importante tomar en consideración los efectos de la delincuencia organizada en el comercio de fármacos ilegales y determinar en qué medida esos efectos se pueden multiplicar si se presentan nuevos brotes de COVID-19.

Proyecto ENACT

A través del proyecto ENACT, INTERPOL ayuda a la policía de África a adoptar estrategias preventivas destinadas a combatir los peligros que plantea la delincuencia organizada, a facilitar el intercambio de información y a mejorar las capacidades de investigación policial.

Es la primera iniciativa de este tipo que abarca todo el continente africano y se dedica a analizar la magnitud de la delincuencia organizada y sus repercusiones en la seguridad, la gobernanza y el desarrollo. El análisis realizado sirve para informar a las instancias decisorias y fortalecer la cooperación policial tanto a escala regional como continental.

Está financiado por la Unión Europea y se encargan de su puesta en marcha INTERPOL y el Instituto de Estudios de Seguridad, en colaboración con la Iniciativa Mundial contra la Delincuencia Organizada Transnacional.