Delitos de contaminación: diez años para un cambio de mentalidad

30 de noviembre de 2020
INTERPOL, pionera de la acción policial mundial contra todas las formas de delitos de contaminación

Hace diez años, pocos países consideraban los delitos de contaminación una prioridad de sus organismos encargados de la aplicación de la ley. Ahora los dirigentes y las policías de todos los países del mundo no solo catalogan los delitos de contaminación como delincuencia organizada grave, sino que ven en estos delitos una amenaza para el Estado de derecho, la economía mundial y el desarrollo sostenible.

Anticipándose a las necesidades de las fuerzas policiales de sus 194 países miembros para luchar frontalmente contra este delito emergente, INTERPOL creó en 2010 el Programa sobre Seguridad Medioambiental, dedicado específicamente a esta actividad. Este mes celebramos el décimo aniversario del programa, y esta semana nos centramos en los delitos de contaminación.

En la actualidad, el Programa sobre Seguridad Medioambiental ayuda a los países a hacer frente a las siguientes formas de delitos de contaminación: el contrabando de combustible, petróleo y gas; el tráfico y la gestión ilegal de residuos; la contaminación marina; la utilización y el comercio ilegal de sustancias químicas, y el fraude en el comercio de emisiones de carbono.

Delitos de contaminación: diez años, diez logros

Las operaciones transnacionales coordinadas por INTERPOL en la última década y el apoyo que esta ha prestado a sus países miembros para avanzar en las investigaciones que llevan a cabo han permitido alcanzar los siguientes logros:

  1. más de tres mil detenciones por delitos relacionados con el medio ambiente, entre ellos delitos de contaminación, y desmantelamiento de numerosas redes de delincuencia transnacional implicadas en ellos;
  2. detección de cientos de casos de utilización y comercio ilegal de sustancias químicas; contrabando de combustible, petróleo y gas; delitos relacionados con el comercio de emisiones de carbono, y explotación minera ilegal, que a su vez han llevado a nuevas investigaciones e iniciativas de recuperación de activos en todo el mundo;
  3. la detección de cerca de seis mil casos de contaminación marina (vertidos en el mar, en ríos o en áreas costeras) y de tráfico de residuos, que también han dado lugar a nuevas investigaciones e iniciativas de recuperación de activos en todo el mundo;
  4. la publicación de manuales de investigación y análisis de información policial reconocidos internacionalmente sobre temas tales como la investigación forense de los delitos de contaminación, los vertidos ilegales de residuos de los buques y las defraudaciones en el comercio de emisiones de carbono;
  5. la primera y mayor operación policial del mundo contra los delitos de contaminación marina y el envío y vertido ilegal de residuos: la operación 30 Days at Sea permitió descubrir miles de casos de comercio ilegal e interceptar varios millones de toneladas de residuos ilegales, y llevó a la aprehensión de cientos de personas y empresas sospechosas de haber cometido infracciones y delitos relacionados con los residuos;
  6. la publicación de cientos de notificaciones de INTERPOL, incluidas más de 30 notificaciones rojas y azules actualmente vigentes sobre delitos de contaminación;
  7. la celebración regular de actividades de desarrollo de capacidades que han permitido mejorar las competencias de los organismos encargados de la aplicación de la ley para la prevención, la detección y la represión de los delitos de contaminación cometidos por la delincuencia organizada;
  8. la identificación de vínculos entre los delitos de contaminación y otros delitos graves, en particular el fraude, la corrupción, la evasión fiscal y el blanqueo de capitales;
  9. la coordinación de numerosas operaciones de los organismos encargados de la aplicación de la ley a escala mundial destinadas a recabar información policial y determinar tendencias e indicadores de riesgo, lo que ha dado lugar a nuevas investigaciones en todo el mundo basadas en inteligencia;
  10. la coordinación de grandes investigaciones de delitos de contaminación basadas en inteligencia a través de diferentes jurisdicciones marítimas y territorios.
Una década de operaciones a escala mundial ha puesto de manifiesto cientos de infracciones y ha sacado a la luz casos graves de contaminación en todo el mundo.
Una década de operaciones a escala mundial ha puesto de manifiesto cientos de infracciones y ha sacado a la luz casos graves de contaminación en todo el mundo.
Una década de operaciones coordinadas por INTERPOL contra los delitos de contaminación ha ayudado a cientos de organismos ambientales y de aplicación de la ley de todos los continentes a detectar cientos de delitos de tráfico de residuos.
Una década de operaciones coordinadas por INTERPOL contra los delitos de contaminación ha ayudado a cientos de organismos ambientales y de aplicación de la ley de todos los continentes a detectar cientos de delitos de tráfico de residuos.
Una década de inspecciones relacionadas con delitos de contaminación, como la inspección de este buque en el puerto de Cebú (Filipinas), ha dado lugar a la realización de cientos de investigaciones policiales en todo el mundo.
Una década de inspecciones relacionadas con delitos de contaminación, como la inspección de este buque en el puerto de Cebú (Filipinas), ha dado lugar a la realización de cientos de investigaciones policiales en todo el mundo.
Durante la última década, INTERPOL ha trabajado para que las fuerzas policiales de todo el mundo puedan reconocer claramente los delitos de contaminación como delito grave que acarrea graves consecuencias para la salud, la seguridad y la economía de las personas.
Durante la última década, INTERPOL ha trabajado para que las fuerzas policiales de todo el mundo puedan reconocer claramente los delitos de contaminación como delito grave que acarrea graves consecuencias para la salud, la seguridad y la economía de las personas.
Durante los últimos diez años, INTERPOL ha apoyado a sus países miembros para llevar a cabo investigaciones que han permitido detectar cerca de seis mil casos de contaminación marina y tráfico de residuos.
Durante los últimos diez años, INTERPOL ha apoyado a sus países miembros para llevar a cabo investigaciones que han permitido detectar cerca de seis mil casos de contaminación marina y tráfico de residuos.
Las operaciones de INTERPOL contra los delitos de contaminación durante los últimos diez años han llevado a la realización de inspecciones policiales de buques comerciales y privados en todo el mundo, tanto en puerto como en el mar.
Las operaciones de INTERPOL contra los delitos de contaminación durante los últimos diez años han llevado a la realización de inspecciones policiales de buques comerciales y privados en todo el mundo, tanto en puerto como en el mar.
Inspecciones de reciclaje a bordo practicadas en el marco de la operación 30 Days at Sea de INTERPOL.
Inspecciones de reciclaje a bordo practicadas en el marco de la operación 30 Days at Sea de INTERPOL.
En las operaciones mundiales contra la contaminación coordinadas por INTERPOL durante la última década también se han tomado muestras de las descargas de las tuberías de los buques para someterlas a pruebas de contaminación. En la fotografía, una representante de la policía sudafricana toma muestras de un buque.
En las operaciones mundiales contra la contaminación coordinadas por INTERPOL durante la última década también se han tomado muestras de las descargas de las tuberías de los buques para someterlas a pruebas de contaminación. En la fotografía, una representante de la policía sudafricana toma muestras de un buque.
Una década concienciando a los organismos encargados de la aplicación de la ley y desarrollado sus capacidades ha hecho posible que las policías de todos los continentes puedan detectar una amplia gama de delitos de contaminación, a menudo aprovechando tecnologías innovadoras. En la fotografía, una agente usa la tecnología de vigilancia por drones en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
Una década concienciando a los organismos encargados de la aplicación de la ley y desarrollado sus capacidades ha hecho posible que las policías de todos los continentes puedan detectar una amplia gama de delitos de contaminación, a menudo aprovechando tecnologías innovadoras. En la fotografía, una agente usa la tecnología de vigilancia por drones en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
Una década de cursos de formación y operaciones sobre el terreno de INTERPOL ha ayudado a la comunidad policial mundial a reconocer la amenaza real que representan los delitos de contaminación para la seguridad nacional y la salud pública.
Una década de cursos de formación y operaciones sobre el terreno de INTERPOL ha ayudado a la comunidad policial mundial a reconocer la amenaza real que representan los delitos de contaminación para la seguridad nacional y la salud pública.
/

INTERPOL se ha dedicado estos últimos diez años a desarrollar capacidades policiales para hacer frente a los delitos de contaminación, y ha producido un gran número de herramientas para que los policías puedan descubrir e investigar los delitos de contaminación.

A lo largo de esta última década, el Programa sobre Seguridad Medioambiental ha preparado para los organismos encargados de la aplicación de la ley diversos manuales de acción policial contra los delitos de contaminación, ha coordinado a escala mundial unas operaciones policiales únicas en su género basadas en inteligencia, y ha proporcionado capacidades de información policial a las fuerzas del orden para ayudarles a desmantelar los grupos ilegales implicados en la contaminación marina,  el tráfico y la gestión ilegal de residuos, el comercio ilícito de sustancias químicas, el contrabando de combustible, petróleo y gas, el comercio de emisiones de carbono y la minería ilegal.

Gracias a la red de comunicación policial de INTERPOL, denominada I-24/7, hoy en día los cuerpos policiales de todo el mundo luchan codo a codo contra los delitos de contaminación, colaborando en el seguimiento de la situación delictiva para detectar las amenazas de forma temprana y llevando a cabo investigaciones financieras para seguir la pista al dinero que mueven los delitos de contaminación en manos de la delincuencia organizada.

El Programa sobre Seguridad Medioambiental ha ayudado en estos diez años a la comunidad policial global a reconocer la amenaza que plantean los delitos de contaminación para la seguridad nacional y la salud pública, y ahora son cada vez más los países que constituyen sus propios equipos nacionales para tratar específicamente los delitos de contaminación.

Los residuos médicos generados por la COVID-19 están creando una demanda abrumadora de eliminación de residuos en todo el mundo, crisis que la delincuencia organizada no ha tardado en aprovechar.

Una década de valiosas alianzas

INTERPOL reconoce la importancia de contar con alianzas fuertes para desarrollar una respuesta coordinada a los delitos de contaminación.  Todas nuestras actividades de lucha contra los delitos de contaminación están financiadas por fuentes externas, y dependen de asociaciones sostenibles. El Programa sobre Seguridad Medioambiental colabora estrechamente con organizaciones gubernamentales, no gubernamentales e internacionales con miras a desmantelar los grupos de delincuencia organizada transnacional dedicados a cometer delitos medioambientales. Estos socios también nos ayudan a aportar apoyo logístico y técnico a nuestros países miembros.

Agradecemos especialmente el valioso apoyo del Grupo de Trabajo sobre Delitos de Contaminación y de nuestros socios, y alentamos a otras partes interesadas de ámbito nacional, regional e internacional y a la comunidad internacional de donantes en general a respaldar nuestra importante labor dirigida a conseguir un medio ambiente más seguro.

La delincuencia medioambiental es delincuencia organizada grave

La delincuencia medioambiental no difiere de la delincuencia organizada tradicional. Las rutas que se utilizan para transportar los productos nocivos para el medio ambiente a través de países y continentes se emplean también para la trata de personas y el tráfico de armas y drogas, y a menudo estos delitos van acompañados de otros, como el uso fraudulento de pasaportes, la corrupción, el blanqueo de capitales y el asesinato. La lucha contra los flujos ilícitos de dinero es clave para hacer frente a la corrupción que hace posible este comercio.

Si bien la delincuencia medioambiental se suele considerar una actividad de bajo riesgo que proporciona grandes beneficios, a menudo se pasa por alto que los ingresos procedentes de estos delitos pueden servir para financiar a grupos violentos de delincuencia organizada, a terroristas y a grupos insurgentes, así como para mermar el bienestar de las comunidades.

 

 

Respuesta de INTERPOL a los delitos de contaminación

Síganos en las redes sociales para saber más sobre los diez años que llevamos luchando contra los delitos de contaminación:

Síganos la semana que viene para descubrir más acerca de la labor de INTERPOL en esta última década para luchar contra la delincuencia medioambiental en el sector de la pesca.