La oficina de África participará en el diseño de una estrategia regional destinada a impulsar actuaciones coordinadas, a partir de información policial, dirigidas contra los ciberdelincuentes, y se dedicará a apoyar operaciones conjuntas.
Los delitos cibernéticos son uno de los tipos de delincuencia internacional más prolíficos. Según la sociedad Cybersecurity Ventures, se calcula que hacia 2025 los daños y perjuicios ocasionados costarán en un año a la economía mundial 10,5 billones de dólares estadounidenses.
En el discurso que pronunció en la conferencia CYBERUK Dominic Raab, el Secretario de Estado para las Relaciones Exteriores de Reino Unido, afirmó: “Estamos trabajando con socios afines para asegurarnos de que la normativa internacional que rige las actividades cibernéticas está adaptada a los fines perseguidos”.
“Nuestro objetivo debería ser crear un ciberespacio libre, abierto, pacífico y seguro, que beneficiase a todos los países y a la sociedad en general”.
“Queremos que el derecho internacional se respete en el ciberespacio, al igual que en cualquier otro ámbito. Y debemos mostrar cómo se aplican las normas a estos cambios tecnológicos y en las amenazas, y en los intentos sistemáticos de convertir la red en un entorno sin ley”.
En la evaluación de 2017 coordinada por INTERPOL en colaboración con entidades asociadas y países miembros de África se concluyó que con cada estafa a través de Internet dirigida contra las empresas, los ciberdelincuentes habían conseguido robar una media de 2,7 millones de dólares estadounidenses a compañías y 422 000 dólares estadounidenses a particulares.
“El apoyo del Reino Unido a la iniciativa cibernética de INTERPOL en África pone de relieve su compromiso en este empeño y será una pieza fundamental de la estructura de seguridad mundial para combatir la ciberdelincuencia”.
La creación de la nueva oficina de ciberdelincuencia de INTERPOL llega en un momento en el que los autores de estos delitos están lanzando ataques contra las redes y sistemas informáticos de particulares, empresas y organizaciones internacionales, cuando es probable que la vulnerabilidad de los mecanismos de defensa del ciberespacio sea mayor porque toda la atención está centrada en la crisis causada por la pandemia.
Gracias a este proyecto se podrá tomar periódicamente el pulso de la ciberdelincuencia en África y publicar informes anuales sobre el panorama de las ciberamenazas, que servirán de base para organizar las actividades operativas.
La iniciativa contra la ciberdelincuencia en África tendrá una duración de dos años y se financiará con tres millones de libras esterlinas, aportados por el Reino Unido. De su puesta en marcha se encargará la Dirección de Ciberdelincuencia, adscrita al Complejo Mundial de INTERPOL para la Innovación, sito en Singapur.
Países participantes
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