INTERPOL pone en marcha el proyecto LEAF con miras a combatir la tala ilícita en todo el mundo

5 de junio de 2012

LYON (Francia) – Para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), INTERPOL anuncia la puesta en marcha del proyecto LEAF (Law Enforcement Assistance for Forests, ayuda de las fuerzas del orden en relación con los bosques), una iniciativa destinada a combatir todos los aspectos de los delitos forestales, entre ellos la tala y el tráfico ilícitos de madera.

Este proyecto surge a raíz de la colaboración entre INTERPOL y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con el apoyo financiero del organismo estatal noruego encargado de la ayuda al desarrollo (NORAD), y constituye una respuesta innovadora a escala internacional que reúne por primera vez a organizaciones de esta talla en sus esfuerzos por combatir este tipo de delincuencia transnacional, organizada y compleja.

Los delincuentes que practican la tala ilícita destruyen la biodiversidad, amenazan el sustento de aquellos que viven de los recursos forestales y contribuyen directamente al cambio climático. Estos delitos pueden entrañar además corrupción, violencia e incluso asesinatos, por lo que también pueden afectar a la estabilidad y la seguridad de un país.

Cerca de 1.600.000.000 personas (más de la cuarta parte de la población mundial) dependen de los bosques para la obtención de combustible, alimentos y medicinas. Cuanto mayor es su pobreza, mayor es su situación de dependencia; de hecho, más del 90% de las personas que viven con menos de un dólar al día, por debajo del límite de la pobreza, dependen total o parcialmente de los productos forestales para subsistir. La asociación del fraude y la corrupción en el sector forestal socavan el estado de derecho y la confianza en las instituciones estatales, ya que obstaculizan en gran medida los esfuerzos encaminados a combatir la pobreza entre los más desfavorecidos.

A fin de que las actuaciones destinadas a luchar contra la tala ilícita sean eficaces, deben ser coordinadas y transnacionales y llevarse a cabo en colaboración. La adopción de medidas enérgicas en un país debe contar con el apoyo de los demás a fin de impedir a los taladores ilegales desplazarse a otros territorios y pasar inadvertidos, ya que a menudo tienen acceso a amplios medios internacionales de financiación, además de utilizar las redes de transporte ilícito por tierra, mar y aire.

David Higgins, coordinador del Programa de INTERPOL sobre Delitos contra el Medio Ambiente, declaró: “En 2010, con ocasión de la Asamblea General de esta organización, celebrada en Qatar, los países miembros aprobaron por unanimidad encomendar a INTERPOL el mandato de ampliar su respuesta ante los delitos medioambientales en todo el mundo. Así pues, el proyecto LEAF representa su compromiso en relación con este mandato y con la salvaguarda de la seguridad de las comunidades”.

“En todo el mundo se está reconociendo que la tala ilícita no es solo un problema de índole moral ni a escala nacional. Prueba de ello son las leyes internacionales encaminadas a proteger los bosques y reducir la tala ilícita”, prosiguió.
“El proyecto LEAF garantizará que estas leyes mundiales cuenten con el apoyo de los organismos encargados de la aplicación de la ley y que los autores de estos delitos sean puestos en manos de la justicia, donde quiera que se encuentren o se desplacen e independientemente de los recursos con los que cuenten”.

INTERPOL y el PNUMA se hallan en una situación única para aportar nuevos instrumentos y experiencias a los organismos encargados de la aplicación de la ley con miras a combatir a los taladores ilegales y garantizar que se estreche un cerco verdaderamente internacional en torno a los delincuentes dedicados a la explotación y destrucción del medio ambiente.

En el marco del proyecto LEAF se llevarán a cabo operaciones pioneras de los organismos encargados de la aplicación de la ley, basadas en la obtención de información policial, contra aquellos que estén implicados en la tala ilícita. Asimismo, se mejorarán las capacidades de estos organismos para ayudar a los países a gestionar sus recursos forestales de manera sostenible y contribuir a frenar el cambio climático.

Desde su fundación en 1923, INTERPOL ha establecido una red de 190 países miembros y ha creado bases de datos con gran cantidad de información policial, así como un instrumento internacional de comunicación, todo ello apoyado por una amplia gama de conocimientos especializados y experiencia procedente de la coordinación internacional de investigaciones y operaciones.