BOGOTÁ (Colombia) - INTERPOL ha presentado hoy los resultados del análisis forense de ocho pruebas instrumentales, consistentes en otros tantos ordenadores y equipos informáticos decomisados a las FARC, que ha realizado después de que Colombia, uno de sus 186 países miembros, le hiciera llegar una petición de ayuda el pasado mes de marzo.
El Secretario General de esta organización internacional, Ronald Noble, ha comunicado a los altos mandos policiales de Colombia que el equipo de INTERPOL de especialistas en investigación informática forense no descubrió “evidencias de modificación, alteración, añadidos o supresión” en los archivos de usuario de los tres ordenadores portátiles, las tres llaves USB y los dos discos duros externos decomisados con ocasión de una operación antiterrorista y antidroga efectuada por Colombia en un campamento de las FARC el 1 de marzo de 2008.
"Tras el pormenorizado y exhaustivo análisis forense que hemos realizado de cada una de las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC, y tras el estudio de todas las evidencias examinadas por nuestros especialistas, INTERPOL concluye que no se produjo ninguna falsificación ni alteración de los datos contenidos en dichas pruebas instrumentales tras su decomiso por las autoridades colombianas, practicado el 1 de marzo de 2008", declaró el Sr. Noble.
En otras conclusiones importantes del informe se confirma que los especialistas en investigación informática forense de la policía judicial de Colombia respetaron los principios reconocidos internacionalmente para el manejo de pruebas electrónicas desde el momento en que, el 3 de marzo de 2008, recibieron las pruebas instrumentales. Sin embargo, al acceder directamente a las pruebas para visualizar y descargar su contenido entre el 1 y el 3 de marzo, los funcionarios de la unidad antiterrorista colombiana que primero intervinieron en el lugar de los hechos no respetaron los principios de esta índole aplicables en circunstancias ordinarias. Los especialistas de INTERPOL verificaron que ese acceso directo y esa descarga no afectaron al contenido de ninguno de los archivos de usuario de las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas.
"En las operaciones policiales que se efectúan en todo el mundo es corriente que las primeras unidades policiales que llegan al lugar de los hechos accedan directamente a las pruebas electrónicas decomisadas en lugar de hacerles copias protegidas contra la escritura. En particular, las unidades antiterroristas consideran que hay que obtener y analizar las pruebas inmediatamente para evitar el próximo atentado. En una de sus tres recomendaciones INTERPOL propone que la policía dedique más tiempo y más recursos a la formación de los funcionarios que primero intervienen en el lugar de los hechos para limitar ese tipo de situaciones, por ejemplo cuando dichos funcionarios deben decidir entre acceder directamente a las pruebas decomisadas o arriesgarse a que se produzca un nuevo atentado", añadió el Sr. Noble.
En el informe de INTERPOL también se resalta que el cometido de su peritaje técnico no es en absoluto evaluar la exactitud o las fuentes del contenido de las pruebas instrumentales.
Los especialistas de INTERPOL, sirviéndose de avanzadas herramientas de investigación forense, han determinado que las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas contienen más de 600 gigabytes de datos, entre los que hay 37.872 documentos escritos, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes, 22.481 páginas web, 7.989 direcciones electrónicas, 10.537 archivos multimedia (de sonido y vídeos) y 983 ficheros cifrados.
En palabras sencillas, se puede decir que este volumen de datos corresponde a 39,5 millones de páginas de Microsoft Word y, si todos los datos incautados estuviesen en formato Word, a un ritmo de 100 páginas por día, se tardaría más de 1.000 años en leerlos. Para descifrar los 983 archivos cifrados los especialistas de INTERPOL conectaron diez ordenadores entre sí y los hicieron funcionar todos a la vez permanentemente durante dos semanas.
“Se solicitó a INTERPOL asistencia técnica en esta investigación porque, al ser la mayor organización policial del mundo, se encuentra en una situación única para proporcionar a cualquiera de sus 186 países miembros un análisis independiente, objetivo y especializado, lo que ha quedado claramente demostrado con la presente investigación”, indicó el Sr. Noble.
“La participación de INTERPOL a petición expresa de uno de sus países miembros ha dejado patente que puede conseguir los mejores recursos y conocimientos especializados del mundo para satisfacer las necesidades, tanto nacionales como internacionales, de los organismos encargados de la aplicación de la ley”.
A principios de marzo el Secretario General de la Organización se ofreció asimismo a entrevistarse con los mandos policiales de Ecuador y Venezuela para tratar este asunto, y reiteró este ofrecimiento en el mes de abril cuando se reunió con los jefes de las Oficinas Centrales Nacionales de INTERPOL de Bogotá, Quito y Caracas, que de hecho fue la primera reunión en la que participaban representantes de las fuerzas del orden de estos tres países desde que se decomisaron los ordenadores y equipos informáticos de las FARC.
“En ningún momento ha tenido INTERPOL ningún interés personal en el resultado de las conclusiones, salvo determinar la verdad y darla a conocer. Como consta claramente en el informe publicado hoy, la realización de la investigación informática forense se ha hecho con el respaldo de la Organización de Estados Americanos y ninguno de sus 186 países miembros se ha opuesto a ello”, declaró el Sr. Noble.
Además de seguir avanzando en sus iniciativas mundiales contra el terrorismo y los delitos transnacionales clásicos, INTERPOL ha recibido frecuentes peticiones de ayuda para suministrar conocimientos especializados en otras investigaciones delicadas, entre otras el escándalo en torno al programa de la ONU “Petróleo por Alimentos” y la investigación en curso sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, perpetrado en 2005.