Los delitos contra los bienes culturales proliferan durante la pandemia, según un nuevo estudio de INTERPOL

18 de noviembre de 2021
Gracias a los datos facilitados por 72 países de todas las regiones del mundo, el informe ofrece un panorama sin precedentes sobre las tendencias y las rutas de los delitos contra los bienes culturales

La delincuencia contra los bienes culturales no ha dado tregua durante la pandemia mundial de
COVID-19 y en algunos casos ha alcanzado incluso nuevas cotas, de acuerdo con las conclusiones de un estudio que quedan reflejadas en la “Evaluación sobre los delitos contra los bienes culturales (2020).

Este informe es el primero de su clase que se realiza desde el inicio de la pandemia (y el primero en hacerse público) y se basa en la información facilitada por 72 países miembros de INTERPOL sobre delitos contra los bienes culturales, detenciones relacionadas con este tipo de delitos y rutas de tráfico en 2020. La información policial recopilada permite a INTERPOL analizar y comparar nuevas tendencias a escala mundial.

En 2020 se confiscó un total de 854 742 bienes culturales en todo el mundo, incluidos artículos numismáticos (monedas, dinero o medallas), cuadros, esculturas, objetos arqueológicos y material de biblioteca. Más de la mitad de estos objetos (en concreto 567 465) fueron confiscados en Europa, lo que pone de manifiesto la importancia de las unidades de policía especializadas en este ámbito delictivo, presentes en la mayoría de los países de la región.

En particular, se observó un marcado aumento de las excavaciones ilícitas en África (32 %), las Américas (187 %) y, sobre todo, en la región de Asia y el Pacífico Sur (3 812 %), en comparación con 2019. Esto podría deberse a que los sitios arqueológicos y paleontológicos están, por naturaleza, menos protegidos y más expuestos a las excavaciones ilícitas.

Por otro lado, es probable que las restricciones provocadas por la COVID-19 también hayan ayudado a reducir las oportunidades de los delincuentes de robar objetos de colecciones públicas. Se estima que en 2020 un 95 % de los museos de todo el mundo se vieron obligados a cerrar temporalmente sus puertas para proteger a sus empleados y visitantes de la COVID-19, según datos del Consejo Internacional de Museos.

Los delitos contra los bienes culturales fueron minoritarios en los museos de todas las regiones del mundo, según muestra el estudio de INTERPOL, y salvo en el continente americano, se registró una menor incidencia en comparación con el año anterior.

Sin embargo, sí se produjeron varios delitos contra los bienes culturales de gran repercusión aprovechando la dedicación casi exclusiva de los recursos policiales a la pandemia, como el robo de un cuadro de Van Gogh del museo Singer Laren en Ámsterdam o de tres obras de arte del Christ Church College en Óxford.

“La pandemia de COVID-19 ha afectado de forma significativa a los delincuentes dedicados al tráfico ilícito de bienes culturales, pero no ha disminuido en modo alguno la demanda de estos objetos ni la comisión de los delitos”, afirmó Corrado Catesi, coordinador de la Unidad de Obras de Arte de INTERPOL. “A medida que los países han ido aplicando restricciones a los desplazamientos y otras medidas restrictivas, los delincuentes se han visto forzados a encontrar otros modos para robar, excavar ilegalmente o traficar bienes culturales”.

Nuevas tendencias, nuevas herramientas

A la luz de estas tendencias en continua evolución, INTERPOL ha seguido desarrollando nuevas herramientas y ha actualizado las existentes para facilitar a los organismos encargados de la aplicación de la ley y a las entidades privadas de todo el mundo la lucha contra este tipo de delitos. El instrumento más eficaz de que disponen tanto las fuerzas del orden como los ciudadanos es la base de datos de INTERPOL sobre obras de arte robadas, que contiene registros de más de 52 000 objetos de 134 países.

En mayo de 2021 INTERPOL puso en marcha su aplicación para móviles ID-Art, que permite a cualquier usuario, desde un funcionario encargado de la aplicación de la ley hasta un ciudadano, acceder a través de dispositivos móviles a la base de datos de INTERPOL, crear un inventario de colecciones de arte privadas e informar de los lugares de interés cultural que pueden estar en peligro.

La herramienta ID-Art ya ha ayudado a los organismos encargados de la aplicación de la ley en sus investigaciones de delitos contra los bienes culturales. Tras recibir información de una numismática de Londres, la Policía Nacional de España recuperó tres monedas de oro de la época del Imperio Romano, y detuvo a dos personas que intentaban vender una de ellas., que había sido robada en Suiza en 2012. De este modo, la aplicación permitió a los investigadores identificar las monedas, valoradas en 200 000 euros en el mercado negro.

En julio de 2021 la policía de Rumania recuperó una cruz procesional del siglo XIII y la devolvió al Museo de la Iglesia Evangélica de Cisnadie, de donde había sido robada en 2016. La cruz estaba registrada en la base de datos de INTERPOL sobre obras de arte robadas y se identificó con la aplicación ID-Art, que también ha ayudado a la Unidad de los Países Bajos de delitos sobre obras de arte a descubrir dos cuadros cuyo robo había sido denunciado, y a los carabineros italianos a identificar dos estatuas robadas, que habían sido puestas a la venta en una plataforma comercial.

“La delincuencia contra los bienes culturales afecta a todos los países del mundo de una forma u otra y el estudio de INTERPOL demuestra la buena labor policial que se está llevando a cabo en todos nuestros países miembros para combatirla”, afirmó el Sr. Catesi. “Ahora, con herramientas como la aplicación ID-Art y la base de datos de INTERPOL sobre obras de arte robadas, las fuerzas del orden y los ciudadanos de cualquier lugar pueden ayudar a proteger nuestro patrimonio común”.

Descargue el estudio completo de 2020 más abajo en la sección de “Documentos conexos”.