El blanqueo de capitales, la explotación laboral, la corrupción y la falsificación documental no son más que una pequeña muestra de los graves delitos habitualmente emparentados con la pesca ilegal, no declarada y no reglamentaria de hoy en día.
A diferencia de lo que sucedía hace una década, los capitanes y armadores de buques pesqueros no son los únicos autores de los delitos cometidos actualmente en este ámbito, sino que en ellos intervienen en gran medida hombres de negocios, cargos públicos, abogados, asesores contables y otros profesionales de cuello blanco.
Estos ejecutivos delincuentes constituyen empresas fantasma en paraísos fiscales, y organizan asociaciones ilícitas con asesores contables para blanquear dinero, cultivan relaciones corruptas con cargos oficiales, falsifican documentos normativos, y recurren sistemáticamente al trabajo forzoso en sus barcos.
En 2010 INTERPOL creó el Programa de Seguridad Medioambiental, dedicado en exclusiva a combatir estos delitos. Así, para conmemorar sus primeros diez años de acción, esta semana recordamos cómo, gracias a INTERPOL, los países de todo el mundo han podido combatir la amplia variedad de delitos graves relacionados con el sector pesquero.
Combatir los delitos pesqueros: diez años, diez hitos
1. Mayor sensibilización policial: Los diez años de acción del Programa de Seguridad Medioambiental han ayudado a la comunidad policial mundial a reconocer el verdadero peligro que encierran los delitos pesqueros para la seguridad nacional y la salud pública. Gracias a una mayor cooperación y mentoría entre países desarrollados y en vías en desarrollo, ha mejorado la capacidad policial mundial para descubrir grupos peligrosos de delincuencia pesquera y encarcelar a sus miembros.
2. Capacidad operativa reforzada: Los diez años dedicados a la coordinación de operaciones policiales a escala mundial han ayudado a los países a seguir el rastro de barcos furtivos más allá de fronteras marítimas, recopilar información policial, descubrir tendencias e indicadores de riesgo y abrir investigaciones a partir de información policial en todo el mundo.
3. Investigación policial integral: INTERPOL ha trabajado en colaboración con los países para descubrir las redes delictivas activas en el sector pesquero y desmantelarlas dirigiendo sus acciones contra todo el entramado, en lugar de centrarse en cada uno de los pescadores furtivos. En los últimos diez años, el Programa de Seguridad Medioambiental ha coordinado complejas investigaciones sobre delitos pesqueros en diferentes jurisdicciones marítimas que han destapado cientos de casos de pesca ilegal y de tratamiento y transporte irregular de pescado, lo que ha desencadenado nuevas investigaciones y acciones encaminadas a la recuperación de activos en todo el mundo. INTERPOL envía periódicamente ayuda en forma de equipos de apoyo a la investigación sobre el terreno que aportan a los países los conocimientos y capacidades policiales de la organización policial mundial, lo que ha dado lugar a una década de detenciones, condenas y sanciones en todas las partes del planeta.
4. Notificaciones de INTERPOL: Publicación de una amplia variedad de notificaciones de INTERPOL, codificadas por colores, sobre buques pesqueros y personas sospechosas para alertar a los países de actividades de pesca furtiva, contrabando, tráfico ilegal, fraude alimentario y fraude aduanero y de cuestiones de salud pública, así como de delitos de trata de personas en el sector pesquero y de fraude en registros y abanderamiento.
5. Cooperación policial mundial: Gracias al uso del sistema mundial de comunicación policial protegida de INTERPOL, denominado I-24/7, hoy en día las fuerzas del orden combaten juntas la delincuencia pesquera más allá de las fronteras marítimas vigilando el panorama de los delitos a escala mundial para detectarlos en una fase temprana y llevando a cabo investigaciones financieras para seguir el rastro del dinero que atrae a la delincuencia organizada al sector pesquero.
6. Convergencia de delitos: En diez años se han destapado conexiones entre la delincuencia pesquera y otras actividades delictivas graves de la delincuencia organizada, como el fraude, la corrupción, la evasión fiscal, la falsificación documental y el blanqueo de capitales. La trata de personas y la explotación laboral no eran tan habituales hace una década, pero ahora son los pilares que sostienen la delincuencia pesquera contemporánea. Las víctimas, los delincuentes y los buques proceden de una gran variedad de países, por lo que solo una organización policial mundial puede prestar la asistencia necesaria para coordinar las actuaciones a escala internacional.
7. Tratamiento de tendencias emergentes: INTERPOL lleva diez años colaborando estrechamente con investigadores de todo el mundo especializados en el ámbito pesquero, intercambiando con ellos ideas, técnicas e información sobre cómo detectar y verificar patrones en el sector pesquero y otros delitos conexos, en concreto por cuanto se refiere a la detección del trabajo forzoso y a las acciones para combatirlo. A menudo, los tripulantes son secuestrados o vendidos para trabajar en este sector como mano de obra barata, o son obligados a abandonar su país de origen con este fin, reciben alimentos y agua en cantidad insuficiente, sufren torturas y palizas y trabajan entre 20 y 22 horas al día en condiciones laborales inhumanas. Algunas víctimas quedan atrapadas durante años en los barcos, sin posibilidad de escapar. En los últimos diez años INTERPOL ha creado grupos operativos y mecanismos de intercambio de información para favorecer la cooperación transfronteriza interinstitucional y poner fin a estas situaciones.
8. Publicaciones: Publicación periódica de manuales reconocidos internacionalmente dirigidos a los organismos encargados de la aplicación de la ley, como la Guía de INTERPOL para los profesionales de las fuerzas del orden (enlace), utilizado hoy en día en todo el mundo para combatir todo el espectro de la pesca ilegal. En los últimos diez años se han publicado asimismo análisis operativos y de inteligencia sobre delitos pesqueros, con información sobre especies protegidas, análisis de medios sociales, actividades de pesca ilegal y escalas en los puertos.
9. Desarrollo de capacidades: De manera periódica se han organizado cursos dedicados al desarrollo de capacidades, con sesiones de mentoría, que han servido para reforzar las competencias de las fuerzas del orden a escala mundial por cuanto se refiere al descubrimiento y la prevención de los delitos pesqueros perpetrados por redes organizadas y al desmantelamiento de estas redes. A nuestros países miembros les ofrecemos unas actividades de desarrollo de capacidades muy completas a fin de que mejoren su eficacia desde una perspectiva general. Así pues, organizamos cursos de formación a escala regional y nacional en todos los continentes, gracias a los cuales se han conseguido mejores resultados en las investigaciones de delitos medioambientales y el enjuiciamiento de sus autores.
10. Amplio reconocimiento y credibilidad: INTERPOL ha recibido medallas, premios y condecoraciones en reconocimiento de la labor única que realiza a escala mundial para ayudar a los países de todo el mundo a combatir eficazmente la delincuencia pesquera.
Un caso excepcional para ilustrar diez años de resultados: el caso del buque pesquero STS-50
El Programa de Seguridad Medioambiental ha trabajado en los últimos diez años en muchos casos similares a este, que presentamos como ejemplo para destacar los retos que plantea la lucha contra la delincuencia pesquera y la función singular de INTERPOL en la coordinación de la respuesta internacional.
Atendiendo a una solicitud de INTERPOL, Indonesia interceptó en 2018 uno de los pesqueros pirata más buscados del mundo, que hasta ese momento había logrado escapar en muchos países. Había sospechas de que este barco —que durante el decenio anterior tuvo múltiples nombres, tales como “Andrey Dolgov”, “STS-50”, o “Sea Breez 1”— estaba involucrado en delitos transnacionales relacionados con el sector pesquero, como la pesca ilegal, la falsedad documental, la manipulación de aparatos náuticos, el transbordo ilegal en alta mar y casos graves de usurpación de identidad.
El pesquero dominaba el arte del disfraz: cambió de nombre seis veces, enarboló el pabellón de otros tantos países, y camufló sus sistemas de identificación electrónica para confundir a sus perseguidores. Durante años se dedicó a pescar ilegalmente en tres océanos y, para evitar sanciones, daba una información falsa sobre las especies de pescado que descargaba. Además, empleó documentos falsificados para engañar a las autoridades y, cada vez que corría el riesgo de ser apresado, se dirigía a aguas internacionales, que le ofrecían una protección relativa. Se cree que el valor de todo el pescado sustraído al mar en diez años por esta embarcación asciende a 50 millones de dólares estadounidenses.
Tras ser alertada por Nueva Zelanda, INTERPOL publicó una notificación morada sobre este barco por actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Estas notificaciones son una importante herramienta para combatir los delitos pesqueros, ya que por medio de ellas las fuerzas del orden de todo el mundo pueden intercambiar información sobre barcos de los que se sabe o se sospecha que participan en actividades de pesca ilegal.
El Programa de Seguridad Medioambiental se encargó de coordinar el intercambio de información policial entre los países situados en la ruta del barco, que, intentando no ser apresado, navegaba de Asia Oriental a África y de ahí al Sudeste Asiático. Después de un sinfín de horas coordinando a docenas de colaboradores de varios países (pescadores, autoridades portuarias, cargos públicos y entidades especializadas en delitos marítimos), el Programa de Seguridad Medioambiental pudo finalmente alertar a las autoridades indonesias del momento exacto en el que el pesquero iba a llegar a sus aguas territoriales, lo que condujo a su apresamiento inmediato por la marina indonesia.
El Programa de Seguridad Medioambiental coordinó las investigaciones mundiales gracias a las cuales distintos países de todo el mundo pudieron reunirse y hablar sobre las pruebas recopiladas, la acusación, y las investigaciones conexas, lo cual dio lugar a la apertura de investigaciones financieras que, en última instancia, llevaron a establecer conexiones entre el pesquero y la delincuencia organizada en Europa. Era evidente que la mayoría de los tripulantes eran víctimas de explotación laboral.
INTERPOL examinó las pruebas y la información policial halladas a bordo del pesquero (en los sistemas informáticos, los instrumentos de navegación, y el teléfono móvil del capitán), que sirvieron más tarde a la comunidad policial internacional para reconstruir la red delictiva en la que operaba el barco.
El Programa de Seguridad Medioambiental ayudó asimismo a los organismos encargados de la aplicación de la ley de varios países a localizar a los delincuentes que dirigían el pesquero STS-50, y que falsificaban sus documentos, manipulaban la información relativa a la pesca capturada y blanqueaban el dinero que se obtenía por sus actividades ilegales.
Leer : The hunt for the fish pirates who exploit the sea (BBC) (A la caza de los piratas de la pesca que esquilman el mar)
Una década de valiosas alianzas
INTERPOL sabe de la importancia de contar con alianzas sólidas para ofrecer una respuesta coordinada frente a la delincuencia pesquera. Todas nuestras actividades para combatir este tipo de delitos están financiadas por fuentes externas, y dependen de alianzas sostenibles.
INTERPOL trabaja en estrecha colaboración con organizaciones gubernamentales, no gubernamentales e internacionales para neutralizar a los grupos de delincuencia organizada transnacional implicados en delitos contra el medio ambiente. Estas entidades asociadas también nos ayudan a proporcionar a nuestros países miembros apoyo técnico y logístico.
Agradecemos especialmente el valioso apoyo de nuestro Grupo de Trabajo sobre Delitos Pesqueros y nuestros socios, y deseamos animar a otras partes interesadas de ámbito nacional, regional e internacional, así como a la comunidad internacional de donantes, a que apoyen nuestra labor esencial para frenar la delincuencia organizada que amenaza a nuestro medio ambiente.
Para más información sobre estos diez años de lucha contra los delitos pesqueros, síganos en:
Únase a nosotros la próxima semana si desea saber más sobre la labor llevada a cabo por INTERPOL en los últimos diez años para combatir la delincuencia medioambiental en el sector forestal.