Cinco razones por las que funcionan las estafas de pedidos que no se entregan

6 de agosto de 2020
Cuanto más grande es la transacción, mayor es el beneficio.

En las estafas de pedidos sin entrega, los delincuentes prometen artículos muy solicitados, pero una vez cobrado el importe acordado, no dan la mercancía. Aunque el principio es simple, la trama fraudulenta es a menudo compleja y puede generar enormes beneficios.

Los delincuentes pueden modificar un modus operandi consolidado para adaptarlo a cualquier producto, desde las mascarillas que se usan durante una pandemia hasta dispositivos electrónicos o incluso artículos corrientes, como el papel.

Cuanto más grande es la transacción, mayor es el beneficio. Los productos se venden por contenedores, lo que implica que el importe puede alcanzar fácilmente varios millones.

Véase la noticia titulada “Desenmascarados: sale a la luz una estafa internacional relacionada con la COVID-19

En julio de 2020, ante las denuncias crecientes por estafas a gran escala de pedidos sin entrega, INTERPOL publicó una notificación morada para avisar a sus 194 países miembros del modus operandi empleado por los delincuentes. Aunque la notificación propiamente dicha es para uso exclusivo de las fuerzas del orden, les exponemos a continuación los cinco aspectos que deben conocer ustedes sobre dichas estafas y las razones por las que es tan fácil caer en ellas.

1. Se trata de una forma de delincuencia organizada.

En contra de la creencia popular, las estafas de este tipo no son solamente obra de personas que hacen sus componendas por sí solas. Ciertos grupos delictivos organizados no han escatimado esfuerzos para crear un complejo modus operandi que implica la utilización de sitios web, vendedores, intermediarios y, por supuesto, cuentas bancarias. Las estafas suelen desarrollarse en más de un país, a fin de provocar una sensación de indefensión en las víctimas y complicar las investigaciones.

2. La publicidad atrae a las víctimas

Los autores publican anuncios de impecable presentación, que imitan los de empresas dignas de confianza, atrayendo a las víctimas con imágenes de alta calidad, marcas comerciales y números de referencia auténticos. Además, se dirigen a los futuros compradores en línea o en persona, infiltrándose en los circuitos profesionales de compra.

A través de sitios web y cuentas de medios sociales falsos, casi idénticos a los de empresas conocidas, proponen distintas maneras de ponerse en contacto con el supuesto vendedor. Tanto los formularios de contacto en línea como los números de teléfono y las direcciones de e-mail dan la impresión de pertenecer a un servicio auténtico de atención al cliente.

3. Todo parece oficial

Una vez establecido el contacto, puede iniciarse el proceso de venta. Los precios de los pedidos importantes son negociados y validados por los “superiores”. Los estafadores presentan contratos, facturas proforma y otros documentos con membrete oficial.

Todo está cuidadosamente planificado para que la venta parezca lo más normal posible, a fin de evitar ser descubiertos.

Seguidamente, piden un anticipo para garantizar la disponibilidad de la mercancía. Estos pagos, que en función de la importancia del pedido oscilan entre el 40 % y el 100 % de su importe total, se efectúan mediante transferencias directas a cuentas abiertas a nombre de sociedades (falsas) que se presentan como legalmente constituidas.

Por último, los estafadores entregan a las víctimas enlaces o números con los que supuestamente podrán seguir el envío desde el proveedor hasta el lugar de destino.

4. Los vendedores crean relaciones

Los falsos vendedores hacen notables esfuerzos para crear un clima de confianza entre ellos y el comprador. Ya sea mediante halagos (“es usted mi mejor cliente”), ingeniería social (“no sabe la suerte que tiene: este producto es imposible de encontrar ahora mismo”) o mentiras (“tenemos un permiso especial para efectuar este envío”), el estafador mantiene el contacto durante todo el proceso de entrega de la mercancía.

Asimismo, en el transcurso de la operación inventan todos los pretextos posibles (derechos de aduanas, tarifa de entrega rápida, seguros, etc.) para obtener pagos suplementarios. El contacto se mantiene hasta que la persona engañada empieza a dudar, se muestra indignada o acusa al vendedor de estafa.

5. Los estafadores desaparecen

Cortan las líneas telefónicas, dejan de responder a los mensajes de correo electrónico y cierran los sitios web. Las víctimas se quedan conmocionadas y avergonzadas, mostrándose a menudo reticentes a denunciar la estafa a sus superiores y a la policía.

Los delincuentes, por su parte, pasan rápidamente a otra cosa e inician una nueva estafa con un nuevo producto. Si se produce la suspensión o el cierre de un dominio, otros habrá disponibles desde los que atraer a nuevas víctimas. El ciclo vuelve a empezar.

Cómo protegerse de las estafas de pedidos que no se entregan

Siga los siguientes pasos para protegerse de los estafadores experimentados:

  • tenga en cuenta que hay sitios web fraudulentos: los delincuentes utilizan a menudo una dirección web que tiene un aspecto casi idéntico al de la verdadera dirección (por ejemplo, “abc.org” en lugar de “abc.com”);
  • antes de realizar ninguna compra, compruebe la identidad de la empresa o de la persona que ofrece los artículos;
  • consulte los comentarios en línea y a las asociaciones de protección de consumidores, por ejemplo, para comprobar si otros clientes se han quejado de no recibir los artículos prometidos;
  • desconfíe si le piden que efectúe un pago a una cuenta bancaria situada en otro país, ya que es más difícil mantener contactos con entidades situadas en el extranjero una vez descubierta la estafa;
  • extreme la cautela, especialmente si le solicitan el pago de gastos imprevistos.
Y, lo que es más importante, si cree que le han estafado, avise al banco y a la policía inmediatamente para que se pueda interrumpir el pago o reclamar el importe abonado.