Líneas aéreas y gobiernos deben compartir la responsabilidad de evitar que se utilicen pasaportes robados para embarcar en aviones

20 de mayo de 2014

“Sé que se ha hecho todo lo posible para garantizar mi seguridad e impedir que cualquier persona haya podido servirse de un pasaporte robado para embarcar en el mismo vuelo internacional que yo”.
 
Esta declaración es cierta únicamente en el caso de una línea aérea, tras el anuncio realizado por INTERPOL, hoy hace una semana, de que AirAsia sería la primera línea aérea que cotejase los pasaportes de los viajeros con los que figuran en la base de datos de INTERPOL sobre documentos de viaje robados y perdidos.

Pero es necesario que los gobiernos y las líneas aéreas consigan que sea verdadera en todos los casos.
 
Tras la desaparición del avión de Malaysia Airlines que realizaba el vuelo MH370 el 8 de marzo pasado, se descubrió que dos pasajeros habían entrado en Malasia con pasaportes válidos y después habían utilizado sendos pasaportes austriaco e italiano para embarcar en el avión desaparecido. En todo el mundo surgió la preocupación por un posible vínculo entre la utilización de pasaportes robados y la desaparición del avión. Los comentarios sobre terrorismo comenzaron a resonar en el ambiente.
 
Ni los medios de comunicación ni los ciudadanos llegaban a comprender cómo dos pasajeros habían podido embarcar en un vuelo internacional con unos pasaportes que figuraban como robados en la base de datos de INTERPOL. La sorpresa fue todavía mayor cuando supieron que en realidad menos de diez países cotejaban sistemáticamente los pasaportes de los viajeros con los de la base de datos de INTERPOL sobre documentos robados y perdidos.
 
La inexplicable desaparición del avión que efectuaba el vuelo MH370 puso en evidencia que solo unos pocos países cumplían de manera adecuada con la obligación de proteger sus fronteras, ciudadanos y empresas de las personas que utilizan pasaportes robados para atravesar fronteras. Pero un solo país no hubiera podido impedir que los pasajeros que utilizaron los pasaportes italiano y austriaco embarcasen en ese avión.
 
¿Por qué? Estos pasajeros entraron en Malasia con pasaportes válidos, pero embarcaron en el vuelo MH370 con pasaportes robados. Hoy en día cientos de millones de pasajeros embarcan en vuelos internacionales sin que sus pasaportes se cotejen con los que figuran en la base de datos de INTERPOL sobre pasaportes robados y perdidos. Los delincuentes pueden utilizar simplemente pasaportes válidos para atravesar fronteras y después seguir su viaje en avión valiéndose de pasaportes robados, seguros de que nadie los va a interceptar.
 
Este es un riesgo demasiado grande como para que los gobiernos y las líneas aéreas de todo el mundo puedan seguir ignorándolo.
 
La Comisión del 11 de septiembre concluyó que “para los terroristas, los documentos de viaje son tan importantes como las armas.” INTERPOL considera que los pasaportes robados y perdidos son uno de los bienes más preciados de los terroristas y los delincuentes internacionales. Un caso famoso de un terrorista que utilizó un pasaporte robado para embarcar en distintos aviones y cruzar fronteras es el de Ramzi Yousef, el organizador convicto del primer atentado con explosivos contra el World Trade Center, perpetrado en 1993, que había utilizado un pasaporte iraquí robado para entrar en Estados Unidos con el fin de preparar y llevar a cabo dicho atentado.
 
Después de que el 13 de mayo de 2014 INTERPOL anunciase que AirAsia sería la primera aerolínea que cotejase los pasaportes de sus pasajeros con los que figuran en la base de datos sobre documentos robados y perdidos de INTERPOL, las aerolíneas de todo el mundo se dieron cuenta de que podían evitar que sus pasajeros corriesen el riesgo de compartir vuelo con terroristas o delincuentes peligrosos que hubiesen podido embarcar con pasaportes robados registrados en la base de datos de INTERPOL.
 
Las normas internacionales aprobadas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) establecen que “Los explotadores de aeronaves tomarán las precauciones necesarias en el punto de embarque para asegurar que los pasajeros lleven consigo los documentos prescritos por los Estados de tránsito y destino.” Además los Estados deben “asistir a los explotadores de aeronaves” en esta labor. En los casos en que las fronteras han desaparecido, como sucede en el espacio Schengen, el cometido de las aerolíneas es todavía más importante.
 
La iniciativa I-Checkit de INTERPOL se puso en marcha precisamente para cubrir este flagrante vacío de seguridad a escala mundial en relación con los pasaportes robados y perdidos, en el marco de la campaña de INTERPOL de concienciación mundial “Turn Back Crime“ (Acabemos con la delincuencia), cuyo objetivo es implicar a todos los sectores de la sociedad, incluidos los ciudadanos y las empresas, en la prevención y la lucha contra la delincuencia.

El sistema I-Checkit ofrece a las líneas aéreas la oportunidad de utilizar la base de datos de INTERPOL sobre documentos de viaje robados y perdidos para cotejar números de pasaportes y comprobar si corresponden a pasaportes robados y, por consiguiente, inválidos. Esta iniciativa, aprobada el año pasado por los 190 países miembros de INTERPOL, proporciona a las líneas aéreas un medio eficaz para cumplir con sus obligaciones internacionales y proteger a los pasajeros utilizando un sistema automático a un precio razonable.
 
AirAsia, la línea aérea de bajo coste más importante del mundo, ha aprovechado esta nueva oportunidad para convertirse en la primera compañía de trasporte aéreo que aplica esta medida de seguridad adicional para proteger a los pasajeros y a los países de destino. Se establece así una nueva norma de seguridad con respecto al control de pasaportes, aplicable a las líneas aéreas de todo el mundo.
 
Los responsables de los servicios de inmigración y de las fuerzas policiales que controlen las llegadas de los vuelos de AirAsia sabrán que los pasaportes de los pasajeros que desembarquen ya han sido cotejados con los registrados en las bases de datos de INTERPOL.
 
Con el tiempo todas las líneas aéreas participarán voluntariamente en el programa I-Checkit de INTERPOL, que les permitirá comprobar en menos de un segundo si un pasaporte ha sido anulado por el país emisor como consecuencia de una denuncia de robo o pérdida. Es también responsabilidad de los legisladores avezados y preocupados por la seguridad elaborar leyes para aplicar esta medida adicional.
 
Cuantas más líneas aéreas participen en el programa I-Checkit, más gastos podrán ahorrarse estas por el retorno de pasajeros que han embarcado en sus vuelos utilizando pasaportes robados que han sido rechazados en el control de llegada al país de destino. Un coste al que con frecuencia hay que añadir multas cuantiosas impuestas a la línea aérea.
 
Por lo que respecta a INTERPOL, seguimos preparados, dispuestos y en condiciones de colaborar con las líneas aéreas para ayudarlas a evitar que terroristas y delincuentes peligrosos embarquen en sus aviones utilizando pasaportes robados y perdidos registrados en la base de datos de INTERPOL.
 
Estoy convencido de que si las líneas aéreas y los gobiernos trabajan juntos, muy pronto cada vez más pasajeros podrán afirmar que “se ha hecho todo lo posible para garantizar mi seguridad e impedir que un terrorista o un delincuente buscado haya podido embarcar en el mismo vuelo internacional que yo”.