Las policías de los Países Bajos y Estados Unidos cooperan en la investigación de delitos contra menores empleando instrumentos de INTERPOL: un ejemplo a escala mundial

7 de agosto de 2012

LYON (Francia) – La actuación decisiva del ICE, el servicio estadounidense de inmigración y control de aduanas, para intercambiar imágenes de delitos contra menores con investigadores especializados de todo el mundo a través de INTERPOL ha permitido desarticular una red internacional de pederastas, y ha recibido los parabienes del jefe del organismo mundial de policía, que ha declarado esta actuación ejemplar para la cooperación internacional de las fuerzas del orden.   

Tan solo unos días después de que los funcionarios estadounidenses introdujesen en la Base de Datos Internacional de INTERPOL sobre Explotación Sexual de Niños (ICSE, por sus siglas en inglés) unas imágenes en que la víctima tenía 18 meses, un especialista de la policía de los Países Bajos, miembro de la sección neerlandesa de la Red de INTERPOL para la Identificación de Víctimas, reconoció en la fotografía un animal de peluche que era el conejito Miffy, un personaje holandés de cuentos infantiles.

Gracias al peluche, y también a otros elementos de la imagen, la Policía Nacional de los Países Bajos pudo determinar que las fotografías se habían tomado en su país. Hizo un llamamiento público por la televisión neerlandesa que llevó a la identificación y la detención de Robert Mikelsons, un hombre que desde entonces ha sido condenado a 18 años de privación de libertad por abuso de más de 60 niños, algunos de ellos de apenas unos meses de edad, en dos guarderías de Ámsterdam y en varias casas en las que trabajó como niñero, lo que ha permitido salvar a numerosos menores de más abusos.

Las investigaciones ulteriores realizadas en todo el mundo han llevado por el momento a la detención de cerca de 40 delincuentes sexuales en todas las regiones del planeta, algunos de los cuales habían abusado de más de una víctima. Hasta la fecha, el número de menores rescatados asciende a más de 140.

“Esta decisión inicial por parte de los agentes del ICE de añadir imágenes de los delitos cometidos contra este niño a las bases de datos de INTERPOL y la diligencia de la policía de los Países Bajos han tenido consecuencias a escala mundial: han permitido poner entre rejas a estos violadores de niños y sustraer a las víctimas de más abusos sexuales”, declaró el Secretario General de INTERPOL, Ronald Noble.

“Esta actuación constituye un ejemplo típico de lo que se puede lograr cuando los organismos encargados de la aplicación de la ley se sirven de las bases de datos internacionales y los instrumentos y servicios que INTERPOL pone a su disposición para que pueden utilizarlos desde todo el planeta”, añadió Ronald Noble.

“Cabe felicitar a las autoridades estadounidenses y neerlandesas por su actuación rápida y eficaz en este caso, que otros países deberían seguir como modelo para perseguir a los delincuentes transnacionales implicados en todo tipo de delitos”.

“Precisamente con este fin creamos la base de datos ICSE, que para las fuerzas del orden constituye un arma fundamental que les permite poner a los delincuentes peligrosos en manos de la justicia, y que debe ser la primera puerta a la que llamar en las investigaciones de delitos sexuales contra menores”, concluyó el jefe de INTERPOL.

La base de datos ICSE, que utiliza un sofisticado programa de comparación de imágenes para establecer relaciones entre las víctimas y los lugares, está gestionada desde la sede de esta organización, sita en Lyon (Francia), por la unidad de INTERPOL especializada en delitos contra menores y cuenta con el apoyo del G8 y la financiación de la Comisión Europea. Los especialistas pueden acceder a ella a través del sistema mundial de comunicación policial de INTERPOL I-24/7.

Esta base de datos contiene imágenes de unas 2.500 víctimas de delitos sexuales identificadas, aportadas por 41 países. Además de ser una ayuda fundamental para localizar a los delincuentes es también una importante herramienta para evitar la duplicación del trabajo, ya que evita que los policías intenten identificar a víctimas que ya han sido puestas a salvo.