El Papa recibe a los líderes de la comunidad mundial de las fuerzas del orden y alaba los esfuerzos de INTERPOL para combatir la delincuencia

9 de noviembre de 2012

CIUDAD DEL VATICANO – El Estado de la Ciudad del Vaticano ha acogido a policías de todo el mundo con motivo de la recepción ofrecida por el Papa Benedicto XVI a los delegados y los funcionarios de INTERPOL que asistieron a la  81a reunión de la Asamblea General de la Organización, celebrada en Roma.

Benedicto XVI, en su calidad de Jefe de Estado de una de las naciones independientes más pequeñas del mundo, concedió una audiencia especial a sus visitantes.

En esta visita seglar participaron también los ministros de Interior y Justicia de algunos de los 190 países miembros de INTERPOL, que días antes habían aprobado una declaración conjunta en la que se reconoce la necesidad de determinar estrategias viables para combatir con eficacia las formas cambiantes de la violencia asociada a los delitos del mundo actual, recurriendo para ello a un mayor intercambio de información y a una utilización más frecuente de las herramientas y servicios policiales internacionales.

En su intervención ante los delegados, Benedicto XVI señaló que la violencia, de cualquier tipo que sea, resulta inaceptable, y alabó la labor de los funcionarios de los organismos encargados de la aplicación de la ley de todo el mundo.

“A este respecto, la función de INTERPOL, que podemos definir como bastión de la seguridad internacional, tiene una importancia fundamental con miras a la consecución del bien común, porque en una sociedad justa es necesario el orden y el respeto del estado de derecho para que todos sus miembros puedan coexistir de manera tranquila y pacífica.”

El Papa declaró que “la Santa Sede anima a todos los que combaten la lacra de la violencia y la delincuencia en un momento en que nuestro mundo se está convirtiendo en una aldea global.”

“Así pues, es preciso proteger a las personas y las comunidades cada vez con más determinación y utilizando los medios adecuados,” añadió Benedicto XVI.

En nombre de los 190 países miembros de la organización policial mundial, el Secretario General de INTERPOL, Ronald Noble, declaró: “Los miembros de la comunidad de INTERPOL pueden hablar distintas lenguas, utilizar diferentes uniformes, tener distintas creencias o ser de colores diferentes, pero permanecen firmemente unidos por el compromiso común de respetar y proteger la dignidad de las personas, sus derechos fundamentales y el estado de derecho.”

“La policía se enorgullece de su trabajo porque es consciente de que sirve para lograr cambios positivos: para cambiar el peligro por la seguridad, el caos por el orden, la desesperación por la esperanza, el dolor y el sufrimiento por la salud y la felicidad,” concluyó el Jefe de INTERPOL.

A la 81a reunión de la Asamblea General (5 – 8 noviembre), que comenzó con una Reunión Ministerial, asistieron más de 1.000 delegados de 171 países miembros, que trataron sobre los problemas a los que se enfrenta la policía para combatir la violencia de los delitos del mundo actual.

El Estado de la Ciudad del Vaticano se convirtió en el 187o país miembro de INTERPOL en la 77a reunión de la Asamblea General de esta organización, celebrada en San Petersburgo (Rusia) en octubre de 2008.