África Central: Los delincuentes se llenan los bolsillos con la subida del precio del oro provocada por la COVID-19

30 de junio de 2021
Un reciente informe de INTERPOL da la voz de alarma sobre la presencia de los grupos de delincuencia organizada en la extracción de oro en toda África Central

La región de África Central, famosa por sus extensos yacimientos de minerales, se ha convertido estos últimos tiempos en el punto de mira de diversos grupos de delincuencia organizada con conexiones internacionales entre sí a causa del precio del oro, que se ha disparado durante la epidemia mundial de COVID-19.

La extracción de oro es una actividad tradicional en gran parte de los países centroafricanos, pero la incertidumbre económica provocada por la pandemia ha llevado a inversores de todo el mundo a querer adquirir este metal, por lo general considerado una inversión segura en tiempos revueltos. En agosto de 2020 se produjo un aumento sin precedentes del precio del oro, y la onza llegó a cotizarse a 2 048 dólares estadounidenses.

Al mismo tiempo, la demanda de otros minerales centroafricanos, como el estaño, el tantalio y el tungsteno, ha disminuido en la última década debido a la caída de los precios en el mercado internacional y a unas mayores exigencias en el suministro impuestas por las compañías compradoras.

“La fiebre del oro”

Paradójicamente, al mismo tiempo que el precio del oro subía en todo el mundo, el cierre de fronteras y las demás medidas restrictivas aplicadas por causa de la pandemia de COVID-19 perturbaron las cadenas de suministro de la extracción de oro, lo que provocó una disminución del 50 % del precio del oro a pie de mina en toda África. En la República Centroafricana, por ejemplo, el precio del oro en los yacimientos cayó entre el 50 y el 60 % respecto al precio de los mercados mundiales.

Estos factores han llevado a lo que algunos dan en llamar una “nueva fiebre del oro” en algunos puntos de mayor actividad de extracción de este metal en África Central, y especialmente en su modalidad artesanal y de subsistencia, que es la más frecuente en la economía informal o ilegal.

Las anteriores fiebres del oro desatadas en la región se vieron a menudo acompañadas de un aumento de la actividad delictiva y, en un informe que acaba de publicar sobre la extracción ilegal de oro en África, INTERPOL afirma que el boom actual no es ninguna excepción.

En este informe se indica que, según la información disponible, la extracción de oro se encuentra mayoritariamente en manos de consorcios delictivos compuestos por grupos de delincuencia organizada, funcionarios corruptos situados en puestos de responsabilidad, personas movidas por intereses económicos y grupos armados no estatales en zonas de conflicto.

Todos estos intervinientes obran por sacar el mayor partido posible de la minería ilegal del oro, sin tener que pagar derechos de exportación que irían a engrosar las arcas del Estado. Según figura en el informe, la mayor parte del oro de esta región se produce fuera de la legalidad, a escondidas de las autoridades, y se saca de los países sin pasar por ningún control.

El oro extraído en África Central se suele llevar de contrabando a otros países “de tránsito” situados en África Oriental u Occidental, desde donde se exporta o se lleva escondido a otros continentes. Esta fuente de ingresos tan provechosa ha hecho de la minería del oro un imán para diversos tipos de grupos de delincuencia organizada, entre los que hay separatistas armados y grupos terroristas paramilitares.

El informe señala que en la República Democrática del Congo y en la República Centroafricana los grupos armados no estatales financian sus actividades controlando las minas de oro y las rutas para el transporte ilegal del mineral, y practican además la extorsión mediante la exigencia de pagos ilegales. Pero la mayor parte de los beneficios ilícitos producidos por esta actividad va a parar a los grupos de delincuencia organizada.

Degradación del medio ambiente

El oro permite a la delincuencia organizada blanquear fondos, y además presenta ciertas características que atraen a los delincuentes. Tiene un valor alto y predecible, es fácil de transportar escapando a todo control y se puede vender de forma prácticamente anónima.

Los grupos de delincuencia organizada dedicados a la extracción ilegal de oro y al transporte del metal extraído cometen además otros delitos graves, como la trata de personas, la caza furtiva y delitos financieros.

Nunca se hablará lo suficiente de la degradación medioambiental que provoca la extracción ilegal de oro en África Central. Entre los productos que emplean los mineros para extraer el oro se encuentran el mercurio y el cianuro, que son tóxicos incluso en pequeñas dosis y contaminan el aire, la tierra, el agua y todos los animales y las plantas del lugar donde se esparcen.

En la República del Congo, por ejemplo, en donde se calcula que todos los años se vierten alrededor de 15,9 kg de mercurio, según las autoridades del lugar la minería del oro es “la causa principal de los problemas que tenemos con el agua, el pescado y la salud pública”.

El informe de INTERPOL se ha preparado en el marco el proyecto ENACT, por el que se pretende ayudar a la policía de África a adoptar estrategias preventivas para combatir los peligros que plantea la delincuencia organizada, para facilitar el intercambio de información y para mejorar las competencias de investigación.

Este proyecto está financiado por la Unión Europea, y se encargan de su ejecución INTERPOL y el Instituto de Estudios de Seguridad, en colaboración con la Iniciativa Mundial contra la Delincuencia Organizada.

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