Agrodelincuencia animal y agroterrorismo

Policing animal-related crimes to prevent future disease outbreaks.

Definiciones prácticas

La agrodelincuencia animal es un acto u omisión ilegal relacionado con los animales o con productos derivados de estos que infringe las leyes y tiene consecuencias negativas en la salud y el bienestar de los animales, la salud pública, la seguridad alimentaria, la autenticidad de los alimentos o la seguridad nacional.

El agroterrorismo es una subcategoría dentro de la agrodelincuencia. Son los actos terroristas perpetrados contra los cultivos y el ganado en un intento por desbaratar la economía y el suministro de alimentos de la población.

La propagación de enfermedades entre animales

La liberación deliberada de agentes biológicos es quizá la dificultad más conocida a la que se enfrentan los organismos encargados de la aplicación de la ley en lo que respecta a la propagación de enfermedades contagiosas.

Sin embargo, los agentes del orden también desempeñan un papel en la lucha contra los delitos que contribuyen, directa o indirectamente, a la propagación de enfermedades.

Estos delitos son muy diversos. Algunos se cometen a pequeña escala y en el ámbito local, mientras que otros están muy extendidos y son perpetrados por grupos de delincuencia organizada:

  • falsificación de medicamentos y productos veterinarios;
  • crueldad y abuso animal;
  • venta de productos animales y alimenticios falsificados, incluidos los contaminados;
  • violación de las normas que deriva en contaminación del medio ambiente, por ejemplo, la eliminación de canales de animales practicada en condiciones no seguras;
  • contrabando y comercio ilícito de animales silvestres;
  • robo y caza furtiva.

Las consecuencias negativas

Los delitos relacionados con los animales pueden provocar la propagación de enfermedades animales, de forma accidental o intencional, entre la fauna silvestre, el ganado y los animales domésticos.

Inevitablemente, esto tiene consecuencias negativas en la vida de las personas y en las economías de los países, como las siguientes:

  • consecuencias económicas adversas en las comunidades agrícolas y ganaderas;
  • perjuicios a los sectores que dependen de la biodiversidad, como el turismo relacionado con la vida silvestre;
  • daños a la reputación de las empresas, el sector agrícola e incluso las administraciones públicas;
  • riesgos para la salud pública derivados de los alimentos y otros productos animales inseguros o de mala calidad.

De los animales a los humanos

Los científicos calculan que hasta un 75 % de las nuevas enfermedades contagiosas son de naturaleza zoonótica, es decir, afectan tanto a animales como a humanos.

Esto implica que las enfermedades animales pueden propagarse a la población humana, como ya ha ocurrido con la peste, la gripe aviar, la COVID-19 o el ébola.

Con el aumento sin precedentes de los desplazamientos de animales y personas, las enfermedades contagiosas pueden propagarse con más facilidad a zonas más amplias. Un brote descontrolado de una enfermedad en una región puede convertirse con rapidez en una crisis internacional.

Utilización delictiva

El inicio de la pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la facilidad y velocidad con que una enfermedad contagiosa puede propagarse a través de las fronteras.

También demostró cómo un brote de una enfermedad grave puede ser aprovechado por los delincuentes para obtener un beneficio.

Los grupos de delincuencia organizada sacaron provecho de la pandemia comercializando con medicamentos y equipos de protección individual fraudulentos, como mascarillas, kits de detección y vacunas contra la COVID-19 falsos.

Si bien la COVID-19 es fundamentalmente una pandemia humana, los delincuentes y terroristas pueden explotar igualmente cualquier brote importante de una enfermedad animal.
Cooperación intersectorial

Los brotes importantes de enfermedades preocupan tanto a los servicios veterinarios como a los organismos encargados de la aplicación de la ley. Ambos sectores deben cooperar a escala regional, nacional e internacional para prevenir estos incidentes, prepararse ante ellos y responder con una estrategia común para proteger a los ciudadanos.

En INTERPOL trabajamos con nuestros socios para fomentar esta cooperación.

Con este fin, en marzo de 2022 firmamos un Memorando de Entendimiento con la Organización Mundial de Sanidad Animal.

El proyecto común “Reforzar la resistencia contra el agroterrorismo y la agrodelincuencia” tiene la finalidad de reforzar la capacidad multisectorial para responder a las emergencias zoosanitarias. El proyecto está financiado por el Departamento de Asuntos Mundiales de Canadá, en el marco de la Alianza Mundial contra la Propagación de Armas y Materiales de Destrucción Masiva, y se ejecuta en asociación con los siguientes organismos:

  • Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
  • Organización Mundial de Sanidad Animal

Hemos establecido seis metas para mejorar la colaboración entre los organismos encargados de la aplicación de la ley y los servicios veterinarios, con los siguientes objetivos:

  • mejorar la recopilación y utilización de pruebas;
  • reforzar la evaluación y el intercambio de información policial;
  • reducir el comercio de productos animales falsificados;
  • diseñar estrategias coordinadas y armonizadas para abordar la agrodelincuencia animal transfronteriza;
  • concienciar a las comunidades veterinaria, medioambiental y policial;
  • promover la adopción de leyes y normas relativas a los delitos contra el bienestar de los animales.