Delincuencia financiera

La delincuencia financiera supone una amenaza para las personas en todos los aspectos de sus vidas: en sus casas, en el trabajo, en línea y fuera de ella.

Problemática

Robo, fraude, engaño, chantaje, corrupción, blanqueo de capitales… Las posibilidades para obtener dinero de forma ilícita son interminables. Para los denominados delincuentes de cuello blanco los riesgos no son elevados, pero los beneficios sí.

La delincuencia financiera abarca desde el simple robo o fraude cometido por personas malintencionadas hasta operaciones a gran escala orquestadas por grupos delictivos organizados con tentáculos en todos los continentes.  Se trata de actividades delictivas graves cuya importancia no debería minimizarse pues, más allá del impacto social y económico, por lo general están estrechamente vinculadas con la delincuencia violenta e incluso el terrorismo.

La delincuencia financiera nos afecta a todos. Esta modalidad delictiva ha adquirido una dimensión totalmente nueva gracias al rápido avance de la tecnología digital.

Las bandas delictivas operan a nivel transnacional a fin de evitar ser detectadas, y los fondos robados atraviesan muchas fronteras físicas y virtuales antes de llegar a su destino final. Es aquí donde nuestras redes policiales mundiales desempeñan un papel esencial.

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